MÉXICO.- Si la comunicación con tu pareja no es fluida y deseas empezar a hablar con ella, o tienes la necesidad de hacerlo porque están viviendo un momento crítico, estos consejos te ayudarán a armarte de valor y dar inicio a esa conversación que tanto se deben.
Aunque se supone que deberíamos hablar con nuestro novio o esposo desde siempre, la realidad nos muestra que muchas parejas no lo hacen, sino que se sientan a conversar cuando uno de los dos está a punto de estallar.
¡Y obviamente las cosas estallan! Por un lado, porque se han estado guardando lo que tienen para decir durante demasiado tiempo y, por otro, porque si nunca se han sentado a dialogar, es muy difícil comenzar desde cero.
Es cierto que hablar nos une, nos enriquece, nos conecta, nos permite conocernos, entendernos y resolver los conflictos que se presentan, ¡pero hay que saber dialogar para que no se convierta en una conversación de sordos!
Entonces, si la comunicación con tu pareja no es fluida y deseas empezar a hablar con ella, o tienes la necesidad de hacerlo porque están viviendo un momento crítico, estos consejos te ayudarán a armarte de valor y dar inicio a esa conversación que tanto se deben.
PREPÁRATE PARA LA CHARLA:
Conversa primero contigo. Clarifica tus ideas. ¿Qué quieres decirle? Puedes escribirlo o anotarte los puntos más importantes, y luego practicar frente al espejo. Recuerda que no sólo se trata de plantear el problema, sino también de llevar alternativas y soluciones. Así, durante la conversación, podrán ir negociando y generando acuerdos. Di lo que tengas que decir de forma que no sea agresiva.
BUSCA EL MOMENTO ADECUADO:
Elije un momento en el que sepas que ambos tienen tiempo y no serán interrumpidos. Manténganse enfocados en el aquí y ahora. Nada que no sea una emergencia es más importante que esta conversación.
¡NO TRATES DE GANAR!
Si hay problemas en la pareja, ambos son responsables de lo que está ocurriendo. Si hay algo del vínculo que afecta a una de las partes de la pareja es por definición un problema de los dos. Ve a la discusión con la mente abierta, ¡y con la disposición a admitir también tus errores!
TEN PRESENTE LA VULNERABILIDAD DE LA PAREJA:
Es muy importante que no pierdas de vista que estás frente a un ser humano que tiene sentimientos y que tus palabras pueden tener un efecto poderoso. Tal vez te resulte obvio cuando lo leas, pero en el calor de la charla se pueden escapar cosas desagradables que hieran al otro. Tu intención no es hacer que se sienta mal, sino solucionar lo que está sucediendo.
HABLA TAMBIÉN CON TU CUERPO:
Para lograr mayor cercanía, se sientan más cómodos y se abran a la conversación, apoya tu mano sobre la de tu pareja o sobre su pierna. Es muy difícil agredir a alguien si lo estás acariciando o tomando de la mano. Uno no ataca a quien quiere contener, ni a quien lo está conteniendo. Recuerda no cruzar los brazos, porque es una señal de que estás encerrada en ti misma, y que tu mirada no exprese ni enojos, ni reproches.
USA PALABRAS Y FRASES POSITIVAS:
Con frases como “Me gustaría que…”, o “Quisiera que hagamos…” obtendrás mejores resultados que con “No me gusta que…” o “Nunca haces…”. Las oraciones negativas pueden conducir a malas interpretaciones y hacen que dejemos de escuchar al otro, mientras que las positivas captan la atención del interlocutor.
TRANSMITE UN MENSAJE CLARO:
Di lo que piensas de la manera más clara, honesta y positiva que puedas. No tengas miedo a hablar por lo que el otro pueda pensar. A veces damos por sentado que nuestra pareja sabe, supone o se imagina lo que nos está pasando, ¡y probablemente no tenga ni idea! Enfócate en cómo este problema está afectando a la relación, ¡y no eches culpas! Habla en primera persona y cuéntale cómo te sientes. Por ejemplo: “Me entristece que ya no hagamos el amor con tanta frecuencia porque te sigo deseando como el primer día”.
NO A LA INTERPRETACIÓN:
¡No des por verdadero algo que ni siquiera te has tomado el trabajo de preguntar! Así que cuando converses con tu pareja, indaga mucho, deja que te de su respuesta, y si no estás conforme o tienes dudas, repregúntale.
MANTÉN UNA ESCUCHA ACTIVA:
El momento en que te toca escuchar es el momento para saber realmente qué siente tu pareja, sin falsas interpretaciones. Quizás sea la parte más difícil al dialogar, porque el acto de prestar atención al otro puede ser boicoteado por tus ganas de contestarle y defenderte.
CUIDA TUS REACCIONES:
Si bien estas conversaciones pueden generar actitudes defensivas, que se traducen en agresiones, es necesario que te esfuerces para contenerte y no responder. Debes mantenerte centrada, enfocada en tu punto, y en lo que quieres comunicar y solucionar.
SABER CUÁNDO DAR POR TERMINADA LA CONVERSACIÓN:
Cuando la charla se hace larga se pierde el foco y ambos pierden también la atención. Es muy importante ser concretos e ir al punto.
Aprender a comunicarse de manera efectiva es difícil y requiere de la voluntad de ambas partes, pero no te desanimes porque es posible. En mis libros encontrarán todo lo que necesitan saber sobre este tema. ¡La comunicación requiere de mucha práctica! ¡Así que hablen, hablen y hablen!
SIN EMBARGO.-