MÉRIDA.- Aunque no pagó los 30 mil acordados por haber macheteado a dos pitbull, de los cuales uno murió, ingeniero Mario Arturo Ávila Pérez está libre y campante, debido a que la juez de control Blanca Beatriz Bonilla González no lo vinculó a proceso, con el argumento que no encontró elementos de intencionalidad del delito del que se le acusa.

La juez Bonilla González consideró “excesivo” que, a pesar de incumplir el compromiso a que llegó el denunciado, se le ponga un localizador electrónico, que deposite una garantía económica o se le practique un embargo, “ya que éste ha dicho que quiere resolver este hecho y ha comparecido las ocasiones que ha sido citado”.

En la audiencia de vinculación a proceso, efectuada el domingo pasado, la juez dijo que no encontró causal excluyente a favor del citado ingeniero, de modo que se evaluará qué procederá en su contra. Es decir, se buscará efectuar una nueva audiencia de vinculación para proseguir el procedimiento en contra de Ávila Pérez  y para presentar otros testigos y una investigación más a fondo.

Todo parece indicar que este proceso, como desde un principio se dijo, es parte de una faramalla, porque la esposa del acusado desempeña un alto cargo en la Fiscalía General del Estado y “está impune”, a pesar de que Mario Ávila está confeso, es decir dijo que él macheteó a los canes, para defender a una niña del ataque de los perros, los cuales mataron al perrito de la pequeña, el 3 de noviembre en Juan Pablo II..

Sin embargo, las versiones de la mamá y de la niña contradijeron al ingeniero, ya que  la primera reconoció que fue en busca de unas piedras y la menor fue a traer agua para corretear a los pitbull, pero afirmaron que nunca vieron el momento en que machetearon a los dos perros. Además, el perrito “malix” de la niña, de nombre “Bethoven”, no sufrió ninguna lesión de parte de los canes agresivos, como se había afirmado.

El ingeniero prefirió someterse a un procedimiento penal antes que pagar los $30 mil que le pidieron por las curaciones y cuidados de la hembra “Sasha”, ya que el macho, “Pirata”, murió. El acusado cree que no le afectará en nada el delito de crueldad o maltrato animal que denunció Layda Patricia Barrera.