MÉRIDA.- En este 2015 pudimos darnos cuenta que varios integrantes de Acción Juvenil estatal “enseñaron el cobre” y demostraron que tienen costumbres tan arcaicas como los priistas, a los que tanto critican.

Aunque los chavos de Acción Juvenil dicen que se caracterizan por sus “valores”, por sus procesos “democráticos” y por ser muy “diferentes” al PRI, por lo menos este año fuimos testigos de que sólo se rasgan las vestiduras.

Comenzamos con el claro ejemplo del favoritismo político, con Ernesto Guerra de la Peña, recipiendario del cuestionadísimo Premio a la Cultura Ciudadana, en la categoría de “Tradiciones y Costumbres”.

Este joven de 22 años, originario del Distrito Federal, se sintió “muy orgulloso” de ganar un galardón arreglado, por un trabajo que ni siquiera él hizo, a través de una convocatoria manipulada para favorecerlo, de modo quue sólo él se inscribió para competir.

Su único mérito es ser amigo del alcalde Mauricio Vila Dosal, pues coordinó a un reducido grupo de muchachos en la pasada campaña electoral.

El mismo “Neto” Guerra presume que a partir de enero comenzará a trabajar en la oficina del director de Cultura, Irving Berlín Villafaña. Ahora labora en el Archivo Histórico.

“Neto Guerra” es muy amigo de Pablo Quiñones Guzmán, quien tuvo que tomar vacaciones forzadas a dos meses de haber ocupado el cargo de jefe de departamento de Mérida Joven, en la Dirección de Desarrollo Humano.

panistasEn su momento dimos a conocer que Quiñones Guzmán escondió los contratos que debían firman los empleados que cobran bajo esta modalidad y les dijo que el Ayuntamiento “ya no necesitaba de sus servicios”, porque quería dar esos contratos a sus amigos.

Algunos ilusos se fueron con la finta, pero otros cuestionaron al titular de la Dirección de Desarrollo Humano, Sergio Chan Lugo, quien al darse cuenta de la grave falta que cometió Pablo Quiñones lo acusó con el presidente municipal, quien autorizó sus vacaciones obligadas.

Una de las consecuencias de esta acción es que Chan Lugo ya no confía para nada en Quiñones Guzmán, por ello le cedió a Jesús Armando Aguilar y Aguilar, subdirector de Juventud y Deporte de la misma dependencia las funciones de Mérida Joven, reduciendo a Pablo a un simple empleado administrativo, aunque con la categoría y sueldo de jefe de departamento.

Por otra parte, el flamante secretario estatal de Acción Juvenil, Raúl Carrillo Segura, llegó a este cargo también de forma cuestionada, pues en el interior de este partido se asegura que la elección interna fue arreglada.

chavosHace unos meses informamos que el ticuleño Carrillo Segura, cuota de los diputados Rafael Montalvo y Kathia Bolio, fue el único contendiente porque a un aspirante a ocupar el mismo puesto se le negó el registro con base en pretextos legaloides, de modo que este joven fue el único candidato y simplemente fue ratificado por unos pocos jóvenes.

Ni siquiera hizo campaña porque sabía que iba ganar, sabía que la asamblea en la que participó como candidato único fue mero trámite.

Todos los mencionados (Ernesto Guerra, Pablo Quiñones y Raúl Carrillo) son muy amigos entre sí, y pertenecen al grupo de muchachos que dicen ser “el futuro del PAN”.

Ellos en su momento formaron parte de la Secretaría de Acción Juvenil, por eso son muy amigos de los ex dirigentes Edgar Moo y Brian Zapata.

Como señalamos, están donde están y tienen lo que tienen con base a jugadas poco honestas, más bien, mediante las prácticas que tanto le han criticado al PRI, de modo que cuando dicen ser “muy distintos” al partido tricolor seguramente se muerden la lengua porque son iguales o peores.

Desde luego que no podemos generalizar y decir que todos los militantes jóvenes del PAN son así, solamente algunos que con base a actos deshonestos han conseguido lo que han querido.