MÉXICO.- El aliciente de poder darte un “gustito” una vez por semana te ayuda a tener más motivación para cumplir un plan alimentario para bajar de peso. Es mucho mejor que intentar hacer una larga dieta baja en calorías, donde corres el peligro de abandonar.
El deseo de bajar de peso o ahorrar dinero para comprarse algún bien, exige hacer ciertos sacrificios como inhibir los deseos de comer o gastar de más. Pero una investigación de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad Católica de Portugal, demostró que darse ciertos permisos puede ayudar a lograr los objetivos.
Hay evidencias de que las desviaciones como incumplir ciertas reglas, contribuyen a lograr un objetivo a largo plazo, en la medida en que se trate de una “ruptura” planificada. Tal es el caso de las llamadas “dietas del capricho”, que permiten pequeñas licencias por fuera del menú habitual.
Estas conclusiones se obtuvieron durante un estudio de la universidad portuguesa, en el que se realizaron pruebas con dos grupos de personas que hacían dieta. Uno de ellos tenía un día semanal de “trampa”, en el cual se podían consumir los platos favoritos. Y las pruebas demostraron que desviarse ocasionalmente del plan original puede ayudar a adquirir recursos auto-regulatorios y mantener una motivación que ayude a cumplir los objetivos en el largo plazo.
Los experimentos se realizaron con participantes que siguieron un régimen estricto de 10,500 calorías a la semana. A la mitad de ellos se les permitió comer lo que desearan el domingo, donde eligieron pizza, helados o golosinas en cantidades razonables.
Tras dos semanas, ambos grupos habían reducido su índice de masa corporal, pero los que habían disfrutado de un día “trampa” estaban más felices y motivados para seguir con su objetivo de bajar de peso. También eran más propensos a respetar su plan de alimentación sin trampas.
La doctora Rita Coelho do Vale, autora principal de la investigación, afirma que la indulgencia ocasional hace que se pueda seguir una dieta más sostenible. Y explica que cuando se está agotado o de mal humor. es más fácil darse por vencido. Pero si se sabe que está por llegar el “día libre”, es más fácil seguir con la dieta el resto de la semana.
Los investigadores aseguran que la clave para que la dieta del día libre sea efectiva es planificar de antemano qué se va a comer. También es necesario asignar un día específico para romper con las reglas, ya que es más fácil tenerlo como estímulo. También ayuda a seguir con una dieta saludable y reducida en calorías el resto de la semana.
La idea de la dieta con antojos fue tomada antes por expertos en nutrición. El doctor Paul Rivas publicó en 2005 el libro The Cheater’s Diet, donde plasmó su experiencia tras haber atendido a más de 15 mil pacientes.
Rivas fundamentó su plan en la diversidad de alimentos y la posibilidad de comer “antojos” de vez en cuando. Afirma que las dietas actuales son muy monótonas y difíciles de seguir, por eso su plan es una opción libre de “sacrificios y culpa”. En su “dieta de la trampa” propone seguir una dieta estilo mediterránea durante la semana, con el aliciente de poder satisfacer todos los antojos el sábado y el domingo.
Su plan de alimentación propone un alto consumo de verduras y frutas, cereales integrales, nueces, semillas, lácteos y carnes bajas en grasa. Una recomendación simple es dividir el plato en 4: dos partes son para las verduras y las frutas, un cuarto para cereales integrales y el restante para la carne baja en grasa. Según el doctor Rivas, esta dieta permite perder 20 libras (9 kg) en 8 semanas,
El problema de la dieta de Rivas es que no contempla hacer actividad física, se necesita tiempo para cocinar y carece de estudios que avalen su eficacia. Y tiene el riesgo, siempre latente, de que no se le lleve el apunte al almanaque, y el día trampa ¡dure más de 24 horas!
HOLA DOCTOR.-