MÉXICO.- Científicos de la Universidad Estatal de Montana (MSU, por su sigla en inglés), descubrieron en la localidad de Rudyard, cerca de un río, restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio de gran tamaño con el hocico en forma de pico de pato.

Los responsables del descubrimiento, publicado ayer en la revista PLoS ONE, llamaron Probrachylophosaurus bergei al nuevo ejemplar, que medía aproxiamdamente 9 metros de largo y pesaba más de 5 toneladas.

“Los primeros huesos que hemos descubierto son la pelvis y las partes de las piernas; eran tan grandes que se le dio al animal el apodo de superpato”, comentó Freedman Fowler, doctora en paleontología responsable del hallazgo, que publicó la investigación con Jack Horner, su colega y mentor.

“Realmente es gratificante ver el trabajo de Fowler, que es esencialmente su tesis, publicado en PLoS ONE”, destacó Horner en un comunicado de la MSU.

EL HALLAZGO

Durante el verano de 2007, Fowler estaba liderando un equipo del Museo de los Rockies en la excavación de un lecho de tierra cerca de la ciudad de Rudyard, en Montana. El sitio contenía varios fósiles de dinosaurios pico de pato.

Un grupo escolar descubrió los huesos que sobresalen de una antigua cantera de fósiles, originalmente explorada en 1981 por un grupo de paleontólogos de la Universidad de California, en Berkeley.

Horner reconoció que algunos de los nuevos huesos eran fragmentos de un cráneo, que es la parte más importante del esqueleto para identificar una especie. Con la esperanza de analizar las partes faltantes, pidió a Fowler que mudara su equipo de investigación a Berkeley para ver qué más podía surgir.

Después de volver al laboratorio para limpiar e identificar todo lo que los expertos habían recogido, Fowler y Horner descubrieron que tenían la mayor parte del cráneo y poscráneo de una nueva especie de dinosaurio.

En un sitio cercano también hallaron un poco de fragmentos del Probrachylophosaurus bergei, lo que sugiere que en las sucesivas generaciones del linaje Brachylophosaurus crecieron crestas más grandes cambiando el tiempo o el ritmo de desarrollo durante el crecimiento en la edad adulta.

Este cambio en el tiempo o la tasa de desarrollo se llama heterocronía, un proceso que está siendo reconocido cada vez más como una importante fuerza impulsora en la evolución.

ESLABÓN EVOLUTIVO

“La heterocronía es clave para entender cómo la evolución se produce realmente en estos dinosaurios, pero para estudiarla necesitamos grandes colecciones de dinosaurios con múltiples etapas de crecimiento y un marco de tiempo muy preciso para analizar también las rocas y tener una datación más precisa”, explicó Fowler.

“La zona con restos del cretácico superior de Norteamérica occidental es el único lugar en el mundo en el que podemos hacer este tipo de estudios paleobiológicos. En ningún otro sitio se combina la datación exacta de las rocas con un registro fósil excepcional”, afirmó la experta.

La especie, que habitó el norte de América hace 79.5 millones de años, muestra una transición evolutiva entre las de pico de pato anteriores y los descendientes de ese grupo.

En su artículo, Fowler y Horner sugieren que el dinosaurio es un enlace previamente perdido entre la especie precedente Acristavus, animal sin cresta que vivió hace aproximadamente 81 millones de años, y la Brachylophosaurus, que tenía una gran cresta y habitó el planeta hace 77.5 millones años.

Sus conclusiones ponen de relieve cómo la nuevas especie rellena cuidadosamente una brecha que existía entre una forma ancestral sin cresta y un descendiente con una cresta más grande, proporcionando información clave en la evolución de las elaboradas estructuras de presentación en estos gigantescos herbívoros extintos, señaló la MSU.

“La cresta de Probrachylophosaurus es pequeña y triangular, y solo habría empujado un poco en la parte superior de la cabeza, por encima de los ojos… Los otros huesos en el cráneo son muy similares a las de Acristavus y Brachylophosaurus”, explicó Fowler, quien recibió su doctorado en paleontología en 2015 y se desempeña como curadora de paleontología en el Museo de los Dinosaurios de las Grandes Llanuras, en Malta.

Por esa razón, el superpato “es un ejemplo perfecto de la evolución dentro de un mismo linaje de los dinosaurios durante millones de años”, concluyó la especialista.

NOTA DE MILENIO