MÉXICO.- Seguramente quien pasa varias horas del día con su smartphone entre manos no sabrá que la cabeza humana pesa alrededor de seis kilos, y que a medida que el cuello se inclina hacia adelante y hacia abajo, el peso en la columna cervical comienza a aumentar.
Así, en un ángulo de 15º, este peso es de alrededor de 12 kilos, a 45º es de 22, y en 60º es de 27. Para hacer una comparación bien gráfica, cargar 27 kilos es equivalente a llevar un niño de 8 años de edad alrededor del cuello, varias horas por día.
¿Dolió imaginarlo? Pues eso es lo que ocurre en el cuerpo tras horas y horas con la cabeza inclinada mirando pantallas. ¡Como para no llegar a la noche con el cuello contracturado!
Aunque estos sistemas son útiles para comunicarse, generan una adicción informática: se pasa mucho tiempo en posturas inadecuadas, con poca movilidad corporal, lo que conlleva a problemas físicos realmente complejos”, consideró el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (matrícula 9784), para quien “la pérdida paulatina de la movilidad articular, las contracturas, calambres, dolores de cabeza, en resumen una alteración de la calidad de vida” son las principales consecuencias del uso excesivo de la tecnología.
En una entrevista con la agencia Europa Press, la fisioterapeuta y vicedecana del Colegio de Fisioterapeutas de Catalunya, Mónica Rodríguez, aseguró que cada vez acude más gente a las consultas por las denominadas enfermedades tecnológicas, debido a la utilización inadecuada y prolongada de smartphones, tablets, y demás dispositivos móviles.
Cuando se maneja de forma equivocada el móvil o la tablet se flexiona la postura cervical y a veces se tuerce la cabeza, se inclina hacia adelante la espalda y aumenta la cifosis dorsal -curvatura de la columna-, hecho que también afecta a los patrones respiratorios”, describió la especialista.
Según Barroso Griffiths, “con el tiempo, esta mala postura bautizada ‘cuello de texto’, que afecta la cabeza, los hombros y los músculos del cuello puede dar lugar a principios de desgaste en la columna vertebral provocando la degeneración e incluso cirugía” y agregó que “asimismo, puede causar otros problemas como la reducción de la capacidad pulmonar de hasta un 30%”.
Es que como la cabeza y el cuello se mueven hacia delante, “se ejerce mucha presión sobre la columna vertebral y esto puede alterar su curvatura original, y a la vez causar cambios en los ligamentos, tendones, músculos, así como en los segmentos óseos”, puntualizó.
Podemos decir que lo sufren los adictos a la tecnología, porque tiene relación directa con la cantidad de tiempo que las personas pasan con el móvil o cualquier otro dispositivo en la mano, revisando distintos contenidos”, consideró Barroso Griffiths, quien resaltó que “esta postura antinatural puede llegar a alterar la curvatura original de la columna vertebral, evitando que podamos corregirla, en los peores casos”.
De este modo, el uso tecnológico en exceso está resultando muy peligroso para el cuerpo humano.
Los usuarios de celulares pasan un promedio de dos a cuatro horas por día inclinados, y entre sus actividades principales incluyen leer emails, enviar mensajes de texto o controlar las redes sociales.
Tras asegurar que el dolor de cuello es “la carga que viene con la mirada en un teléfono inteligente”, Barroso Griffiths remarcó que “es tan común que eso suceda a nuestro alrededor, que apenas reparamos en el hecho de que el mundo tiene la cabeza hacia abajo, casi constantemente”.
Si bien es casi imposible evitar que las tecnologías ocasionen ciertos problemas, se puede hacer un esfuerzo para mirar los teléfonos con una columna en posición neutral y evitar pasar muchas horas encorvados, cada día. Si se ubica el dispositivo a la altura de los ojos, no habrá necesidad de doblar el cuello.
Las manos también sufren
Otras de las consecuencias del uso (y abuso) de la tecnología es la tendinitis en la mano e incluso en la muñeca.
Además, el exceso de uso del dedo pulgar a la hora de escribir en el móvil puede comportar estrés articular y generar tenosinovitis de Quervain y rizartrosis del pulgar, “una artrosis muy típica de las mujeres que cosían”.
Para sortear estas patologías tecnológicas, la fisioterapeuta española recomendó usar más las notas de voz en vez de enviar siempre mensajes escritos, así como utilizar las dos manos para escribir e intentar situar la muñeca en una posición neutra.
La tendinitis no es más que la inflamación de la porción terminal del músculo, pero si progresa en su deterioro determina una lesión más severa con desgarro parcial o total agravando desde ya el cuadro, pero antes en su proceso modifica el estilo de vida de las personas con dolores recurrentes, etc”, destacó el quiropráctico.
INFOBAE.-