MÉRIDA.- El arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega asegura que un reducido grupo de personas se ha adueñado del Instituto Patria, no obstante que fue construido con las contribuciones de miles de católicos; el prelado prohibió todo acto de culto en esas instalaciones

El Instituto Patria, que promovió a principios de la década de los noventa el padre Álvaro García Aguilar y un grupo de matrimonios católicos, está ahora en medio de un escándalo, pues algunos miembros de la asociación civil que se conformó en su momento para erigirlo, se niegan a transferir las instalaciones a la Arquidiócesis de Yucatán, con el argumento de que se trata de una empresa privada.

Tan sólo el terreno de unas 6 hectáreas en el que se asienta ese Instituto, que fue vendido a precio preferencial por la administración de Dulce María Sauri Riancho a la citada asociación civil, tiene ahora un precio de comercial calculado en 200 millones de pesos.

Cuando se inauguró en 1991 y hasta la fecha aparecen como directivos los esposos David Abraham Achach y Susana Aguilar Covarrubias, así como María Elena Sosa Roche, entre otros. En aquella época las iglesias no eran reconocidas por el Estado y, en consecuencia, no podían poseer bienes, por lo que recurrían a la figura de asociaciones civiles conformadas por laicos. Posteriormente, al reformarse la Constitución, surgió la figura de asociaciones religiosas, a las que se les concedió la potestad de adquirir propiedades, pero sin poder enajenarlas.

Actualmente el Instituto Patria, que se ubica sobre el Periférico Norte, proporciona instrucción desde el nivel básico hasta el superior, y cuenta con unos 1,300 alumnos.

A continuación reproducimos el comunicado que fue leído ayer en al menos dos parroquias de la ciudad:

“Comunicado del Sr. Arzobispo Mons. Gustavo Rodríguez Vega para ser leído en la parroquia de María Inmaculada y en la rectoría de Ntra. Señora del Líbano en las misas dominicales del 8 de noviembre de 2015

Estimados feligreses:

Es de todos sabido que por el impulso de nuestra diócesis y coordinados por Monseñor Álvaro García Aguilar, un grupo de muy distinguidos matrimonios católicos de esta ciudad se dieron a la tarea de cumplir el sueño anhelado de contar con una institución educativa que brindara a niños y jóvenes un espacio no sólo de información, sino sobre todo de formación en el mayor grado de excelencia para desarrollar en ellos sus mejores capacidades, pero bajo las enseñanzas de nuestra Santa Madre Iglesia y los altísimos valores que los cristianos estamos obligados a preservar.

La feligresía particularmente de la parroquia de María Inmaculada de esta ciudad y no pocos bienhechores, junto a sus impulsores, no escatimaron recursos tanto materiales como de participación directa en esta iniciativa y al fin se pudo contar con el Instituto Patria.

Todas las personas e instituciones —incluyendo el Gobierno del Estado de Yucatán, que fijó un precio preferencial al terreno para su venta que ocupa dicho Instituto por tratarse de una obra educativa en manos de Arquidiócesis de Yucatán— pusieron muchos granitos de arena para la adquisición de los espacios y las construcciones que hoy componen ese centro educativo. Dadas las condiciones jurídicas de aquel momento se creó una asociación civil para cumplir con los requerimientos legales. Algunos de los miembros de esta asociación civil hoy, cuando la ley lo permite, se niegan a poner en manos de la Arquidiócesis de Yucatán dicha obra, viciando —de esta manera— la intención de todos los que contribuyeron con mucha generosidad a su creación.

Las muchísimas gestiones que tanto Monseñor Álvaro García, su fundador y rector, como la Arquidiócesis de Yucatán, guiada por Mons. Emilio Berlie Belaunzarán, han hecho para motivar a algunos asociados que componen dicha asociación civil a corregir las graves fallas en la administración, que lo tienen al borde de perder los terrenos y las instalaciones, así como la reiterada petición a que dicha propiedad sea cedida a la Arquidiócesis –tal como fue la concebida por quienes la crearon- han fracasado. La Iglesia de Yucatán quiere perpetuar la obra educativa del Instituto Patria y respetar la voluntad de los donantes por lo cual respetuosa y reiteradamente por no pocos años ha insistido en este trámite de cesión dejando incluso en ellos la administración, y sólo ha encontrado una terca negativa aduciendo que es una empresa privada.

Por tanto, a partir de este momento decreto que la Arquidiócesis de Yucatán se separa total y absolutamente del Instituto Patria, finalizando su compromiso original de acompañamiento, enseñanza, asesoría y asistencia espiritual quedando prohibido para cualquier sacerdote diocesano o religioso efectuar cualquier acto de culto en dicha institución o a favor de ella.

Por todo ello, rogamos a todos ustedes sus oraciones, ayuda y consejo para salvar a este querido Instituto.

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán”.
NOTA DEL POR ESTO