MÉXICO.- Falta muy poco para fin de año y con él, los festejos, las cenas y las fiestas que, por supuesto, se llenan de excesos de comida y bebida. Pero el cuerpo sufre las consecuencias y pasa factura.

El hígado es uno de los más dañados y -como juega un papel muy importante en más de 500 procesos vitales y funciones diversas como la digestión, la desintoxicación y el equilibrio hormonal- su mal desempeño puede ser fatal.

Es por eso, que la mayor parte de lo que se conoce sobre la salud del hígado proviene de estudios de personas con enfermedades crónicas, muchas de las cuales son resultados de un consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

El estudio más reciente del tema analizó a 102 bebedores que dejaron por un mes el alcohol y advirtió una tendencia notoria de reducción en la “rigidez hepática” mediante un análisis que evalúa la cantidad de cicatrices fibrosas en el hígado.

Esto genera preocupación ya que un mayor grado de rigidez hepática actúa como pronóstico de futuras complicaciones en el hígado y un mayor grado de probabilidad de mortalidad en personas infectadas por VIH o hepatitis C. Además, la cicatrización fibrosa puede producir cirrosis en el hígado, un daño irreversible que deriva en insuficiencia hepática.

Esta tendencia se dio en general en todos los participantes del estudio que además, presentaron una baja en su presión arterial así como en su resistencia a la insulina, acotando la probabilidad de desarrollar diabetes.

Aunque este estudio todavía no se publicó formalmente, coincide con los resultados de una investigación piloto del Instituto del Hígado y la Salud Digestiva de la Universidad College Londonen 2013 que reveló que diez miembros del personal de la revista New Scientist que estuvieron un mes sin consumir bebidas alcohólicas (en comparación con otros cuatro que continuaron bebiendo) experimentaron una reducción del 15% en la cantidad de grasa en el hígado (el disparador del daño hepático fibroso), 5% del riesgo de enfermedades cardiovasculares y una fuerte disminución en los niveles de glucosa en sangre. “Aunque los hígados estudiados eran en general sanos, las reducciones de grasa ayudan a retrasar el deterioro del mismo” explicó Rajiv Jalan, uno de los principales autores del estudio.

Además, los beneficios no fueron sólo físicos, los participantes reportaron tener un mejor sueño, una mejor concentración y una pérdida de peso promedio de 1,5 kilogramos. El único aspecto negativo fue el impacto en el contacto social.

Estos resultados muestran que incluso un período relativamente corto de abstinencia impacta en el hígado”, dijo Nick Sheron en la Universidad de Southampton, Reino Unido. Una enfermedad hepática puede desarrollarse en el transcurso de 30 años, por lo que un corto período de abstinencia tiene que poder traducirse en un cambio de comportamiento a largo plazo. Es difícil, pero naturalmente esto es muy alentador.

“Lo que tenemos en este análisis es un grupo promedio de británicos que no se consideran a sí mismos grandes bebedores, pero que por haber dejado de beber durante un mes redujeron la grasa de su hígado, su colesterol, sus niveles de azúcar en sangre y los ayudó a bajar de peso”, señaló Kevin Moore, consultor en servicios de salud del hígado de la UCLMS. “Si alguien desarrollara un producto de salud que hiciera todo esto en un mes ya estaría siendo un éxito”.

INFOABE.-