MÉRIDA.- Entre los regidores de todos los partidos políticos hay una justificable desconfianza, pues saben que se lleva un registro de cada cosa que hacen, cada documento que reciben, cada persona y reportero que los va a ver.
Desde hace años, en la Sala de Regidores la jefa de secretarias Mirna Centeno Ceballos, hermana de la ex candidata panista Yahayra Centeno y sobrina de la actual concejal Rosa Ceballos Madera, lleva el control de cada movimiento que realizan los 16 ediles que despachan ahí (el alcalde, la secretaria de la Comuna y la síndico tienen sus respectivas oficinas en otro lado).
Mirna Centeno, como acostumbra hacer desde hace años, lleva la información que obtiene a otras personas ligadas al PAN que les interesa esos datos, por lo que desde siempre ha sido tildada de “oreja”, incluso entre los propios panistas.
En la administración pasada atendió con todo el cinismo del mundo a su propia hermana, a pesar de que se configuraba el nepotismo; hoy, aunque su tía es regidora y su hermana es funcionaria en el Instituto Municipal de la Mujer, Mirna sigue en su puesto cobrando un excelente sueldo, más bonos y demás prestaciones que en una empresa privada jamás obtendría.
Hace unos meses informamos que Mirna abandonó tres meses su trabajo para hacer campaña con su hermanita, quien quería ser diputada local, pero se quedó con las ganas.
También informamos que, como los albañiles, todos los lunes Mirn faltaba y por ello solo trabajaba de martes a viernes y un rato nada más, lo que jamás se concebiría en la iniciativa privada.
Vale la pena destacar que ningún otro empleado de la Secretaría de la Comuna (donde está adscrita la Sala de Regidores) tenía esos privilegios.
Todo esto fue al calor del anterior secretario municipal Alejandro Ruz Castro y su ayudante Martín Lorenzana Pacheco, quien apoyó al PRI en las campañas del 2012, pero una vez que el PAN ganó la alcaldía volvió a ser panista.
Ahora los actuales regidores no buscan que hacer con Mirna Centeno, en especial los panistas; los ediles que no son de Acción Nacional consideran que lo más sano es cambiarla de departamento para que deje de “orejear” todo lo que hacen.