MÉRIDA.- La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Yucatán, advirtió que las expectativas económicas del último trimestre no serán optimistas, ya que la economía yucateca está estancada, y ha tenido repercusiones negativas pues en los nueve meses de 2015 ya se cerraron 45 negocios del sector.

El presidente de la Canirac, Álvaro Mimenza Aguiar, señaló que septiembre fue un mes sumamente complicado para el ramo restaurantero, ya que la derrama económica en los establecimientos afiliados disminuyó en 10 por ciento, respecto al mismo mes de 2014.

Por el estancamiento que hay en materia económica se prevé que el fin de año sea complicado y por supuesto el 2016 se empezará con muchas dificultades a consecuencia del recorte presupuestal de casi 230 mil millones de pesos que se tiene programado hasta el momento, subrayó.

Aunque no se habla de crisis económica, si existe una recesión por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y en 2015 será muy difícil que se registre un crecimiento arriba del 2 por ciento”.

Álvaro Mimenza detalló que en este año han cerrado 45 restaurantes, mientras que en 2014 fueron 40 y en 2013 se registró la salida 35 negocios del sector.

Descartó que se tengan expectativas optimistas para el cierre del 2015, pues los industriales restauranteros ya sintieron la afectación y se han visto comprimidos, de ahí que será difícil que en los últimos tres meses del año, que es cuando la tendencia del cierre de negocios disminuye, se repongan.

En noviembre y diciembre, dijo, sí habrá gente en los negocios, pero la derrama económica se mide en relación al año anterior por lo tanto las expectativas son que habrá un estancamiento, y esta situación sumada al tema del precio del petróleo y la depreciación del dólar, afecta a los restauranteros.

El líder empresarial pidió al gobierno federal invertir en la creación de infraestructura porque de esa manera la derrama económica comienza a llegar a todo los estados y ayuda a la reactivación del comercio local.

Y es que la reforma fiscal fue planeada para quitar dinero de la bolsa de los empresarios y pasarla al gobierno con la idea de impulsar grandes inversiones de infraestructura, pero la realidad es que a tres años del mandato de Peña

Nieto no se han hecho y lo que es peor, se han cancelado varias de las grandes obras que iban a beneficiar al sureste y al estado en particular, acentuó.