PROGRESO.- Francisco Javier Castillo Paredes (a) “Pontolas”, quien hace tres años se descompresionó,  fue operado para corregirle la secuela que le quedó en la pierna derecha, pero seguirá padeciendo el problema urinario que le quedó a consecuencia de la descompresión, de modo que de por vida seguirá usando pañales desechables.

El 14 de noviembre de 2012 Castillo Paredes  buceaba langosta a 120 pies de profundidad, cuando la propela de la lancha en la que pescaba cortó la manguera del compresor y entonces el buzo se quedó sin el aire para mantenerse sumergido y en su desesperación e instinto de supervivencia salió a flote.

Sin embargo, emerger con rapidez, sin que tomara los tiempos adecuados, le costó la descompresión y aunque sus compañeros lo sumergieron de nuevo en un desesperado intento para que se recupere, todo fue inútil, el daño ya estaba hecho, pues la burbuja se había alojado en su cuerpo y las secuelas no se hicieron esperar.

“Pontolas”, como conocen a Castillo Paredes, tenía en aquel entonces 57 años y a esa edad todavía buceaba. Ese día buceaba langosta a 35 millas al Noroeste de este puerto. Trabajaba para la cooperativa Langosteros de Progreso.

Luego que de manera accidental cortaron la manguera de la compresora  “Pontolas” emergió de prisa para no morir ahogado, pero al llegar a la superficie  enseguida le sobrevino la descompresión y aunque lo volvieron a sumergir, la burbuja de nitrógeno quedó alojada en su cuerpo y  le dañó la médula espinal, la espalda y otras partes del cuerpo.

El buzo descompresionado quedó paralítico y tuvo un tratamiento en la cámara hiperbárica, pero no quedó del todo bien, aunque al cabo de un año y a base de constantes terapias recuperó la movilidad; sin embargo, le quedó el padecimiento de la vejiga neurogénica, de modo que al no poder controlar las vías urinarias tiene que usar pañales desechables.

A pesar de su padecimiento fisiológico y físico, pues no puede mantenerse mucho tiempo parado, “Pontolas” trabaja vendiendo tortas, refrescos y pescado que compra en la playa y en los muelles de Yucalpetén.

Se traslada en una motocicleta, en la que lleva una nevera y coloca el pescado que compra para su venta en su casa, con lo que se ayuda para sostener a su familia.

Debido a  la dolencia en la rodilla izquierda, como secuela de la descompresión, “Pontolas” fue  operado hace un mes en la clínica T-1 del IMSS de Mérida, para que le colocaran una prótesis para que pueda caminar con mayor facilidad.

Salió bien de la intervención quirúrgica y después que pasó la  etapa de recuperación en su casa, retornó a sus actividades cotidianas de andar en la playa y en los muelles pesqueros, como testigo fiel de la descompresión.