MIAMI.- El cáncer es mucho menos común en elefantes que en seres humanos, pese a que los enormes paquidermos tienen muchas más células. Un grupo de científicos estadunidenses cree haber hallado la razón de este fenómeno que ayudará a encontrar nuevas formas de proteger a las personas de dicho mal, según un estudio publicado por el Journal of American Medical Association (JAMA).
El estudio confirmó que menos de 5 por ciento de los paquidermos padece cáncer, mientras que entre 11 y 25 por ciento de los humanos lo desarrolla.
Por ello los elefantes han sido considerados un enigma porque tienen muchas más células que los humanos, lo que en teoría debería suponer un gran riesgo de padecer cáncer a lo largo de sus 50 a 70 años de vida.
Los científicos descubrieron que los elefantes tienen 38 copias modificadas de un gen que codifica el p53, un compuesto que suprime la formación de tumores; los humanos tienen solo dos copias modificadas de este gen, según el estudio.
Esto significa que, a medida que los elefantes evolucionaron, sus cuerpos hicieron copias extra de un gen que evita que se formen tumores.
Además ese gen ayuda a las células dañadas a repararse a sí mismas o destruirse cuando son expuestas a sustancias cancerígenas.
Estas “copias extra” ayudan a eliminar de raíz las posibles células cancerígenas antes de que se desarrolle la enfermedad, hecho que podría abrir nuevos horizontes en la carrera contra el cáncer.
La investigación fue realizada por investigadores del Huntsman Cancer Institute de la Universidad de Utah, la Arizona State University y el Centro Ringling Bros para la Conservación de Elefantes de EU.
Los especialistas esperan que el hallazgo lleve a nuevas terapias para combatir el cáncer en humanos, por lo que esta información se aplicará en una investigación en la que participarán jóvenes con riesgo de padecer esta enfermedad que afecta cada año a 16 mil niños y adolescentes en EU.
LA NATURALEZA, EL EJEMPLO
“La naturaleza ya ha descubierto cómo prevenir el cáncer. Depende de nosotros aprender cómo diferentes animales se enfrentan al problema, para que podamos adaptar estas estrategias a prevenir el cáncer en los humanos”, explicó el doctor Schiffman especialista en cáncer infantil en la Universidad de Utah quien encabezó uno de los equipos.
Schiffman comenzó su estudio tras escuchar una conferencia hace unos años sobre la paradoja de peto. Eso se refiere al hecho de que animales grandes, como elefantes y ballenas, tienen tasas de cáncer mucho más bajas pese a tener muchas más células que especies menores.
El conferencista mencionó que los elefantes parecían tener copias adicionales del gen p53. Entre los pacientes de Schiffman hay niños con genes p53 incompletos a causa de una enfermedad llamada síndrome Li-Fraumeni, lo que aumenta considerablemente las probabilidades de que padezcan de cáncer. Así que
Schiffman buscó pistas en la sangre de ocho elefantes, animales de un circo y un zoológico.
Su equipo —así como un segundo grupo de científicos— precisó la magnitud del excedente del gen en los elefantes. El segundo equipo concluyó que muchas otras especies tienen una copia, como los seres humanos.
Schiffman y sus colegas compararon cómo las células de elefantes reaccionan a la radiación, en relación con las células de 10 personas saludables y 10 pacientes con el síndrome Li-Fraumeni.
Las células de elefante se destruyeron a una tasa que fue el doble de la de las células de personas saludables y cinco veces la de las células de personas con el síndrome.
Las células que no se reparan ni destruyen cuando son expuestas a carcinógenos tienden a desarrollar tumores.
AGENCIAS.-