MÉXICO.- En medio de la controversia generada a nivel internacional sobre el impacto de la mastografía de tamizaje para la detección del cáncer de mama, en México, debido a la falta de infraestructura y recursos humanos, no se puede siquiera garantizar la calidad del estudio y tampoco que las mujeres que tengan resultados anormales vayan a recibir un tratamiento.

De acuerdo con un estudio que evalúa datos del programa de tamizaje por mastografía realizado por la Secretaría de Salud federal, con la capacidad instalada de mastógrafos en el país se podría tener una cobertura de 37 por ciento de las mujeres en edad de practicarse la prueba; sin embargo, apenas se alcanza a cubrir al 15 por ciento.

Lo más grave es que de ese 15 por ciento, sólo 16 por ciento de las mujeres que tienen resultados anormales se realiza los estudios diagnósticos complementarios, es decir, que en 8 de cada 10 pacientes tamizadas con alguna anormalidad no hay seguimiento.

Adicionalmente a únicamente 44 por ciento de casos sospechosos se les hace biopsia, y de los que se confirman como cáncer sólo 57 por ciento inician tratamiento.

“Hoy en México el programa refleja que tenemos infraestructura y recursos humanos insuficientes, que no podemos garantizar hoy por hoy la calidad de las mastografías ni el acceso del diagnóstico y tratamiento en mastografias anormales, entonces hay mucho que hacer en términos de cerrar un programa de tamizaje en donde si no se puede diagnosticar y tratar a las pacientes termina sirviendo de nada”, advirtió Karla Unger, investigadora-catedrática del Conacyt del Instituto Nacional de Cancerología (INCan)

Al referirse a la controversia sobre la eficacia de la mastografía en el mundo, destacó un estudio de 2013 que encontró que no tiene el impacto que se pensaba sobre la mortalidad, toda vez que por cada 2 mil mujeres que se tamizan durante 10 años se estima que se evita una sola muerte por cáncer de mama, mientras ocurren 200 falsos positivos, con los gastos en estudios y el estrés que conllevan.

Al respecto, el subdirector nacional de programa de cáncer de mama del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la SSA, Julián Palomares, admitió que, en efecto, la mastografía por sí sola no hace diagnósticos oportunos, y que las bajas tasas registradas en cobertura reducen el impacto del programa, ya que se recomienda un mínimo de cobertura de 70 por ciento para tener un impacto en la mortalidad, cuando en México sólo es de 15 por ciento.