MÉRIDA.- Bajo la organización de la iniciativa Reto Emprendedor Yucatán y el Grupo Armar, en coordinación con el Centro Estatal de Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana del Estado (Cepredey), se realizó en el auditorio del recinto una conferencia testimonial en torno a la prevención, cuyo ponente fue el hijo del colombiano Pablo Escobar, Sebastián Marroquín.

Conocido públicamente con ese nombre, el conferencista compartió su experiencia en el seno de una familia en la que la droga y la violencia eran parte del día a día, aunque de manera paradójica coexistían en ella el amor y los valores de unión y respeto.

Antes de iniciar la plática, el director General del Cepredey, José Luis Vera Castillo, invitó a los asistentes, entre los que se encontraban funcionarios públicos, expertos en educación, profesionistas de la salud y jóvenes en general, a escuchar con atención la realidad de quienes se encuentran inmersos en las redes de la delincuencia y las adicciones.

“Parece que el consumo y la comercialización de sustancias es un tema de moda que nos presentan como una forma de vida emocionante en las series televisivas de todo el mundo. Sin embargo, la realidad que palpamos los que somos responsables de combatir y prevenir este tipo de conductas es la desintegración familiar y la degradación de la calidad de vida de quienes se encuentran inmersos en estas actividades, y el testimonio que hoy escucharemos nos dará cuenta de ello”, dijo.

El hijo de quien fuera conocido como “El patrón” en el país sudamericano por sus actos terroristas y narcotráfico, relató años de persecución y hambruna a pesar de la millonaria fortuna de sus parientes, “muy lejos de los estereotipos que muestran las series de televisión”.

También destacó la educación basada en el amor que recibió del propio Pablo Escobar, misma que le permitió desligarse del mundo de las drogas y tomar el camino de la paz y la reconciliación con cientos de personas afectadas por las actividades de su padre.

El escritor y conferencista habló la de importancia de generar programas que promuevan valores sociales en los jóvenes y niños, que también involucren a los padres de familia para evitar no sólo la violencia y el consumo de estupefacientes, sino conductas como la corrupción y la violación de los derechos humanos.

“La educación temprana es la solución más barata y óptima. Una asignatura constante en las escuelas e involucrar a los padres, para reforzar esta educación en casa, no acabaría con la producción de drogas en el mundo, pero sí les daría herramientas a esos niños para decidir no involucrarse o ceder a la presión social”, aseguró.

Al terminar la conferencia, la subsecretaria de Prevención y Seguridad Pública, Martha Leticia Góngora Sánchez, llamó a los participantes a rescatar de la experiencia de Marroquín la importancia de inculcar valores dentro de la familia para formar ciudadanos que hagan aportaciones positivas a la sociedad.