PROGRESO.- El juez tercero de control sentenció a 16 años y 8 meses de prisión al sicario tabasqueño Zulaith Jiménez Torres, quien ejecutó a balazos en marzo a Julio Solís Pool (a) “Canalla”, ex empleado del alcalde actual del puerto, José Cortés Góngora.
La sentencia, por el delito de homicidio calificado, fue baja porque el acusado negoció con la Fiscalía y recibió una sanción benévola a cambio de declararse culpable, con lo que él evitó una condena de 40 años y la autoridad se ahorró el trabajo.

El juez tercero de control, Kenny Martins Burgos Salazar, celebró hoy miércoles la audiencia de lectura y explicación de sentencia, luego de que, en audiencia previa, había hallado al acusado penalmente responsable por los hechos, con las pruebas que fueron desahogadas por los fiscales y el propio reconocimiento de culpabilidad del acusado, quien renunció a su derecho de ser juzgado en un juicio oral. Cabe señalar que no hubo oposición de las víctimas indirectas para la realización de este procedimiento.

Zulaith Jiménez también fue condenado al pago de la reparación de daño por la cantidad de $1.332,987.

Cabe señalar que, aunque la condena es baja, tal como lo establece el Código procesal penal del Estado de Yucatán, el juez de control no puede imponer una pena superior a la solicitada por los fiscales.

Los hechos ocurrieron el 5 de marzo, cuando el acusado, en compañía de otro sicario detenido después en Campeche, llegó a la calle 50-A de la colonia Revolución y accionó un arma de fuego en contra de Julio Solís Pool (a) “El

Canalla”, quien fue trasladado al hospital, donde posteriormente perdió la vida.
Jiménez Torres fue detenido porque era el guiador de una motocicleta y chocó en la huida, sufriendo fractura en ambas piernas.

Solís Pool fue abatido con ocho disparos de pistola y se consideró que el móvil tuvo que ver con un ajuste de cuentas de grupos que trafican combustible de Pemex en Progreso, caso en el que está involucrado un conocido empresario gasolinera del puerto.

“El Canalla”, según sus familiares, fue chofer de José Cortés, quien es propietario de barcos pesqueros y a quien se mencionó en este asunto también por la compra irregular del combustible robado.