PROGRESO.- Buena respuesta obtuvo el segundo maratón de recolecta de víveres y pañales desechables para adultos, que organizó la escuela católica Guadalupe Victoria, pues se juntaron 500 kilos de diversos productos como aceites, pastas para sopas, leche, harina para elaborar tortillas, puré de tomate, frijol, arroz entre otros.

En el maratón participaron 250 personas entre alumnos, maestros y padres de familia de la escuela Guadalupe Victoria, con el objetivo de recaudar víveres y pañales desechables para apoyar al comedor parroquial de esta ciudad y el albergue de ancianos San Joaquín.

El maratón, que coordinó la religiosa Micaela García Flores, directora de la Guadalupe Victoria, se inició en las puertas de la iglesia de la Purísima Concepción y de San José, de donde partieron los grupos de voluntarios coordinados por las religiosas de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, que tienen a su cargo el colegio católico.

Los voluntarios recorrieron las calles de la ciudad, tocaron puertas de las casas del puerto y pidieron ayuda, explicaron que es para apoyar al comedor parroquial de este puerto y también al albergue de ancianos San Joaquín.

Los progreseños respondieron a la petición de maestros, padres de familia y alumnos de la Guadalupe Victoria, pues consideraron que la causa es noble y entregaron diversos productos que tenían en sus casas.

La religiosa Micaela García agradeció el apoyo de las familias progreseñas que colaboraron con sus donativos para ayudar a dos instituciones que prestan importante servicio en el puerto como lo son el albergue de ancianos y el comedor parroquial.

El maratón se inició a las 8:30 de la mañana y terminó tres horas después; las despensas se concentraron en las puertas del templo parroquial y las recibió el párroco Francisco Mukul Domínguez, quien resaltó la labor que realizó la Guadalupe Victoria, que por segundo año llevó al cabo ese evento altruista.

Ayer mismo (sábado) en camionetas de colaboradores se llevaron las despensas obtenidas al albergue de ancianos y al comedor parroquial.