MÉRIDA .- El Juzgado Cuarto Penal sentenció a ocho años de cárcel al meridano Armando Ruiz Valle, quien intentó violar a la hija de su nueva pareja cuando la vio con un ‘micro-short’ y fue presa de la lujuria.

Pese a que no la violó, la sentencia es ejemplar porque fue juzgado con el sistema antiguo penal y en ese no hay negociaciones, como sucede actualmente, donde incluso a estas personas se les libera con condiciones mínimas.

Ruiz Valle también fue sentenciado al pago de una multa de $14,400 o realizar jornadas de trabajo a favor de la comunidad en vez de ello.

En caso de no pagar ni realizar los trabajos, entonces deberá pasar 464 días más en reclusión.

Se le sentenció por los delitos de  tentativa de violación y daño en propiedad ajena, por denuncia de Elsa Cristina Guadalupe Ramos Escalante  y la madre de ésta, Ana Escalante Cocom.

Según el expediente, los hechos ocurrieron el 1 de abril de 2014, cuando intentó violar a su hijastra, incluso el sujeto rompió la puerta del cuarto donde ella se encerró para no ser ultrajada.

A las ocho de la noche, Armando llegó ebrio a la casa donde vivía con la madre de la joven, en la calle  3 entre 28 y 30 del fraccionamiento Jardines de Pensiones.

La joven Elsa Cristina  se encontraba sola porque su madre estaba trabajando.

Al verla en un short entallado, la lujuria fue presa del sujeto, quién se acercó a la muchacha y comenzó a acariciarla sobre la ropa, por lo que ella lo empujó y le dijo que se tranquilizara.

No obstante los esfuerzos de la joven por alejarlo, el sujeto insistió, le jaló de la playera y trató de quitarle el short.

Ella huyó como pudo y se encerró en un cuarto, desde donde pidió ayuda a la SSP.

Mientras tanto, Armando golpeó la puerta hasta romper la cerradura y entrar para seguir intentando abusar de la muchacha.

El sujeto se desnudó y quiso hacer lo mismo con la muchacha, quien logró escapar y al salir encontró a los agentes que llegaban en su auxilio, por lo que los agentes detuvieron al morboso padrastro

FORMAL P.-