MÉRIDA.- A pesar de que la ley le prohíbe a Yahayra Centeno Ceballos desempeñar un cargo en la Comuna de Mérida, la ex edil ocupa campante una subdirección (creada ex profeso) en el Instituto Municipal de la Mujer, con la desaprobación de la propia titular, María Herrera Páramo.
De acuerdo con el inciso I del Artículo 48 de la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán, al Ayuntamiento le está prohibido otorgar cargos o empleos en la administración pública a cónyuges, parientes consanguíneos en línea recta en cualquier grado y en línea colateral hasta el cuarto grado o parientes por afinidad de cualquiera de sus integrantes.
De esta forma, la ley prohíbe a la ex regidora panista ocupar cualquier cargo dentro de la nómina por ser sobrina de una edil, Rosa Ceballos Madera, aunque en honor a la verdad no es la ex dirigente municipal del PAN la que impulsa a Yahayra Centeno, sino un padrino político de la candidata perdedora a diputada que la impuso en el Instituto Municipal de la Mujer.
Y por si esto no fuera suficiente, la hermana de Yahayra, Mirna, es jefa de secretarias en la Sala de Regidores del Palacio Municipal, en donde toma nota de cada persona que acude a ver a todos los concejales, así como del asunto y el tiempo que tardan con ellos, de lo que seguramente informa a su hermana, según indican varios panistas.
Centeno Ceballos cobra un exorbitante sueldo en el citado instituto, en donde la directora de plano no la quiere porque Yahayra no tiene el perfil; de buena fuente nos enteremos que la ex concejal exigió un cargo de directora o en el peor de los casos, de subdirectora, porque jamás aceptaría ser jefa de departamento y mucho menos de coordinadora.
Además, la chamba en el Instituto Municipal de la Mujer le cayó “de perlas” porque está a tan solo 10 minutos de su domicilio, en la colonia Vicente Solís, de modo que no gastará mucho en gasolina.