PROGRESO.- Los pescadores de este puerto y de Chicxulub siguieron de plácemes, pues ayer viernes, debido a la marea roja siguió el arribazón de especies marinas, en especial de mero, pulpo cazón, sábalos y jureles, ya que disminuyó la llegada de langostas .
El mero se pagó a los pescadores a $80 el kilo, el cazón a $25, elpargo, $30 y el pulpo a $45, lo que representó buenas ganancias a los hombres de mar.
A los ribereños de Chicxulub también les fue bien, ya que hubo lanchas que obtuvieron de 200 a 300 kilos de mero y de 200 a 400 kilos de pulpo. El arribazón disminuiría hoy y se extenderá a las costas de Chelem y Chuburná. La marea roja también se extiende a la zona poniente y enfila a Sisal.
El arribazón comenzó el jueves en la madrugada, cuando miles de langosta llegaron a las playas progreseñas y fueron capturadas por pescadores.
Ayer viernes, pulperos de Chicxulub se trasladaron a Uaymitún para capturar pulpo con redes y bicheros, especies que pescaron a cien metros de la playa, mientras que las familias que cuidan las casas de veraneo, se dedicaron a recorrer la costa y pescaron pulpos y langostas.
La arribazón de meros, negrillos, jureles, sábalos, pargos y pulpos se dio el jueves por la tarde, cuando se dejó de capturar la langosta que recaló desde la madrugada (del jueves); de esa pesquería numerosos pescadores y vecinos del puerto resultaron beneficiados, pues hubo quienes obtuvieron de 40 a 100 kilos y ganaron de entre $4,000 y $20,000 en un día.
José Acosta Azueta, quien tiene su base en El Playón poniente obtuvo el jueves en la madrugada 40 kilos de colas de langosta que vendió a $390 el kilo. Luego zarpó hasta las inmediaciones de “isla Cervera” en la terminal remota, hasta donde había llegado la arribazón de peces que huían de la marea roja.
Ayer a las 4 de la madrugada Acosta Azueta zarpó hasta la terminal remota, en donde dejó sus redes y capturó 400 kilos de mero, negrillo y pargos; luego de descargar el producto, a las 7 de la mañana volvió a retornar a “isla Cervera”, pues según explicó el animal (peces) estaba concentrado en esa zona, de modo que si no lo capturaban continuaría con su huida. El ribereño volvió a llenar sus neveras y retornó a la playa a las 10 de la mañana.
Otros ribereños que tampoco durmieron y trataron de aprovechar a su máximo los beneficios que dejaba la marea roja, también se dirigieron hasta la terminal remota, en donde capturaron especies de escama.