PROGRESO.- El miércoles a las 10 de la noche, pescadores que se dedican a la captura de sardina en el muelle de Chocolate se llevaron la sorpresa, pues luego de lanzar sus tarrayas en lugar de sardina sacaron langosta, de modo que la noticia de la arribazón del crustáceo corrió como reguero de pólvora y a las dos de la madrugada el muelle se llenó de ribereños y vecinos.

La captura del crustáceo fue buena, de modo que el jueves dejó por lo menos ganancias de poco más de $400,000, pues se estima que en unas doce horas se pescaron mil kilos de langosta, cuyo precio en el mercado es de $400 el kilo.

La mayor captura de langosta se dio en el muelle de Chocolate de este puerto, en donde los pescadores y vecinos capturaron el crustáceo con tarrayas que lanzaron desde el atracadero, así como redes que arrojaron desde lanchas pulperas.

También hubo pescadores que se dedicaron a bucear el crustáceo, como Mario Escamilla que se dedica a ese tipo de actividad y ayer no perdió la oportunidad para capturar la langosta que recaló en las playas de este puerto.

El fin de semana pasado y hasta el lunes, en playas de Telchac hubo arribazón de pulpo; en ese puerto se capturaron unos 10,000 kilos del molusco, y en menor volumen recaló langosta, pues se pescaron unos cien kilos.

Tal como se esperaba, la marea roja se extendió y el miércoles los ribereños de Chicxulub la ubicaron por la zona de Uaymitún y la zona conocida como Tropical Riviera, de modo que los pescadores de ese puerto y los vecinos se alistaron por la noche con tarrayas, bicheros y redes para pescar el pulpo que esperaban recalara en la playa, pero para sorpresa, en lugar del molusco la arribazón fue de langosta y fue en playas progreseñas.

Los hermanos Gabriel, Freddy y Javier Naal Solís, vecinos de la colonia Canul Reyes, enterados de la arribazón de langosta llegaron al muelle de pescadores a las 5 de la mañana y en dos horas sacaron con tarraya unas 20 langostas que dijeron sería para el almuerzo del día; indicaron que no las venderían.

-El “Loco” ya pescó como 200 kilos de langosta, se rayó, le fue bien, llegó desde la medianoche y no se ha movido del muelle– dijo un pescador que con dos cubetas llenas de langosta viva se retiraba del atracadero.

-Después de la riqueza viene la pobreza y la tristeza– exclamó un pescador al escuchar la pregunta de qué pasará luego de que pasen los efectos de la marea roja que propició la arribazón de la langosta.

Hace 30 años que ocurrió un fenómeno similar, recordó el veterano pescador Roberto Quiñones, pues hubo arribazón de camarón en las playas del malecón y la gente lo pescó con redes y hasta con hamacas, pero después vino una época mala de pesca.

Ayer jueves, además de tarrayas se usaron redes que tendieron frente las playas del malecón; pulperos que suspendieron la pesca del molusco, desde sus lanchas lanzaron tarrayas para pescar el crustáceo; a las 10 de la mañana como por arte de magia desapareció la langosta.

Pero se comentó que en altamar, a la altura de la terminal remota estaban pescando mero y negrillo que huía de la marea roja.