MÉRIDA.- Al parecer por falta de carisma además de que era la hora y el día equivocados para hacer bromas,  el comerciante capitalino Javier López Reyes ignoraba el día en que estaba y perdió su vuelo por jugar con las “bombas yucatecas”.

Queriendo hacerse al gracioso, perdió su vuelo cuando pasaba por los filtros de seguridad antes de abordar un avión que lo llevaría a Monterrey.

Ese día, el viernes 11 de septiembre, llegó al aeropuerto meridano para tomar un vuelo de Volaris hacia la Sultana del Norte, pero su broma “insensible” le impidió abordar la aeronave.

Cuando la empleada del mostrador le preguntó qué llevaba en su maleta, el comerciante respondió que no llevaba nada prohibido por las leyes de seguridad aérea, excepto una “bomba yucateca”.

Ante la respuesta, la recepcionista llamó al personal de seguridad privada, a la Comandancia de Aeronáutica Civil y también a la Policía Federal, que lo introdujeron —sin violencia- al cuarto de la comandancia, donde lo revisaron minuciosamente.

La nave de Volaris partió sin el bromista, quien tuvo que comprar otro boleto para poder viajar a Monterrey.

Las autoridades aeroportuarias no levantaron acta porque confirmaron que fue un malentendido por parte de la representante del mostrador.

Demasiado tarde el pasajero se acordó que el 11 de septiembre es una fecha sensible para aviación, pues un día como ese, pero de 2001, ocurrieron los atentados terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York.

Era la hora y el día equivocados para hacer bromas sobre bombas.

Formal P.-