PROGRESO.- En una boda pocas veces vista, los sordomudos Yamina Sansores Dzul, licenciada en educación especial y lenguaje, de 38 años de edad y Roberto Rivero Méndez, de 31 año, quien labora como intendente en Plaza del Mar de este puerto, unieron sus vidas en el sagrado vínculo del matrimonio.
Con señas especiales del lenguaje de los sordomudos se dieron “el sí aceptó” en la emotiva ceremonia religiosa realizada en la parroquia de Progreso y que ofició el presbítero Lorenzo Mex Jiménez, párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Chicxulub Puerto.
-El matrimonio no es para un día, una semana, un mes o un año, sino que lo es para toda la vida, es hasta que la muerte los separe y tiene también como misión la procreación; no tengan miedo a tener hijos, no se limiten para tener hijos, y tampoco los sustituyan por perros y gatos como muchas parejas lo hacen; tomen en cuenta que un hogar se alegra con las risas y llantos de los niños y no con los ladridos y aullidos de los animales –dijo el sacerdote.
El matrimonio religioso pocas veces visto tuvo lugar el viernes por la noche, pero el padre que los casó y les dio la bendición y les dijo “hasta que la muerte los separe y puedes besar a la novia”, no tuvo problemas para realizar la ceremonia de entrega de anillos y aras, pues hace 10 años también ofició una boda en la que se casó una pareja de sordomudos.
Una traductora del lenguaje de sordomudos colaboró durante la ceremonia religiosa y en los momentos en que el sacerdote pregunto a los novios si aceptaban casarse y cuando se entregaron los anillos y aras que forman parte del ritual del sacramento matrimonial.
Yamina y Roberto que no ocultaban su emoción ni su nerviosismo, con el lenguaje de los sordomudos, respondieron que si aceptaban casarse y después el padre Lorenzo Mex, le dijo al novio que podía besar a la novia, que celebraron con aplausos los asistentes a la misa.
También le dijo que el matrimonio no es un producto desechable, es para amarse y dedicarse todo el tiempo para buscar la felicidad, ser felices, formar un hogar como Dios manda.
-Roberto, ahora toda tu quincena se lo tendrás que dar a Yamina, quien desde ahora tendrás que administrar muy bien lo que reciba de tu esposo y amarlo –dijo el padre Mex Jiménez.
La boda pocas veces vista al que asistieron los familiares de los desposados y vecinos de este puerto, tuvo lugar el viernes a las 7 de la noche. Los ahora esposos llegaron al templo parroquial a bordo de una limusina.
Yamina entró a la parroquia de brazos de su papá Teodoro Sansores Brito, ex ferrocarrilero, al pie del altar la esperaba Roberto, quien entró a la iglesia acompañado de su mamá Teresa Méndez Escamilla. También entraron Carlos Rivero González papá del novio y Silvia Margarita Dzul Catzín, mamá de la novia.
Roberto levantó el velo de Yamina y le besó la frente, enseguida el padre Lorenzo Mex inició la misa quien dijo que se asistía a una misa especial, de una pareja que tiene derecho a la felicidad y de formar un hogar.
Yamina padece de sordera, aunque puede hablar, no escucha, lee los labios; es licenciada en educación especial en lenguaje para sordomudos. En el trienio 2004-2007 laboró en el DIF municipal cuando la ahora diputada María Ester Alonzo Morales fue presidenta de esa dependencia, quien también asistió a la misa.
Roberto fue alumno de Yamina, se conocieron hace más de diez años, hasta que se volvieron novios y decidieron casarse.
Cuando el padre Lorenzo Mex estuvo como párroco de este puerto Yamina, colaboraba en las misas dominicales que se oficiaban en la parroquia traduciendo para sordomudos, así que pidió al sacerdote que la casara con Roberto y le llevó la invitación en la que sus nombres aparecen con signos de sordomudos.
El padre Lorenzo Mex recordó que hace diez años en la iglesia de la Purísima Concepción y de San José también casó a una pareja de sordomudos que acudieron a la parroquia de este puerto para pedir que los casarán, “también tienen derecho a la felicidad y casarse por la iglesia”, dijo el sacerdote