MÉRIDA.- Embebido de victoria, pero mareado por el humo de la soberbia y la arrogancia, hace tres años Renán Barrera disfrutaba las miles del poder, con la mente puesta en metas más grandes; sin embargo, ahora ve su triste realidad, con su poco capital político dilapidado y casi fuera de la contienda por la candidatura del PAN al gobierno del estado, en 2018.
Hace tres años Renán bebía el espumoso vino de la victoria, pero sus achichincles le tendieron un velo en los ojos que le impedía ver la realidad y valorar debidamente su verdadero capital político y las razones de sus victorias. Así, mareado por el licor del triunfo no fue capaz de ver la realidad y construyó un castillo sobre cimientos de arena, el cual se desbarató al primer “norte” que lo azotó.
Hoy, sus compañeros de partido lo bajaron de la nube en la que andaba y con las tres derrotas que le asestaron lo mandaron a su casa, aunque él trata de buscar en donde permanecer vigente políticamente. No dudamos que pueda hacerlo, porque recursos no le faltarán, como ahora no le hacen falta a Ivonne Ortega Pacheco, cuando ambos entraron en otras circunstancias económicas.
Hace tres años Renán soñaba que sus compañeros panistas lo ungirían como el candidato al gobierno estatal, sin embargo, lo enviaron a la “banca”, pues lo derrotaron cuando quiso ser diputado federal y luego estatal, por la vía plurinominal, y luego le cerraron el camino para que pudiera ser el presidente estatal del PAN.
Los planes de grandeza de Renán se vinieron abajo abatidos por la falta de inteligencia, visión política y estrategias reales para ganar adeptos, fallas en las que sus colaboradores muy cercanos tuvieron mucho que ver, pues era más su ambición y su soberbia que su capacidad de análisis político e inteligencia.
Hace tres años Renán soñaba con la gloria; ahora el ex alcalde está en el limbo político y para salir de él necesitará una verdadera ayuda divina y de gente inteligente, no de la que se rodeó durante tres años. Si hoy hubiera una elección interna para elegir al candidato a gobernador casi seguro que Raúl Paz Alonzo le ganaría con facilidad al ex alcalde. Paz avanzó mucho en los últimos dos meses y Renán se quedó rezagado.
En política no hay nada escrito y menos en la mexicana, en la que todo puede pasar; sin embargo la realidad dice que hoy Renán es un moribundo político.