MÉRIDA.- Pasa el tiempo, junto con las administraciones, y los autobuses urbanos de la zona metropolitana, en especial de Mérida, siguen generando una elevada cantidad de humo, dañino al ser humano y al medio ambiente en general.

Desde hace muchos años es común observar en el área metropolitana de Yucatán que los vehículos de transporte público emiten una excesiva cantidad de hollín, originado por la falta de mantenimiento de los empresarios del ramo, que desean todo el tiempo subir la tarifa de este servicio concesionado, pero no lo mejoran.

Sin duda estar expuesto a estos gases deteriora la salud de cualquier ser vivo, es especial las personas que se ven forzadas a estar cerca de los vehículos que los emiten.

Estas emanaciones contaminan los pulmones, lastiman los ojos y afectan el ambiente urbano; y pueden empeorar en caso de que los combustibles fósiles empleados sean de mala calidad.

De acuerdo con diferentes investigaciones sobre el tema, el humo de los camiones (y de cualquier automotor en general) puede provocar a mediano o largo plazo anemia, puede afectar los riñones, la presión sanguínea y hasta puede originar abortos.

Por ello es importante darle a estos medios de transporte un mantenimiento periódico, aunque las empresas concesionarias tengan que invertir en ello, lo que a todas luces no hacen.

Cuando las autoridades abordan el problema del transporte público se centran en las rutas y en el trato que brindan los choferes, asuntos importantes pero dejan en segundo plano el aspecto ecológico.

Proyectos de movilidad por parte de gobiernos de todos niveles y partidos van y vienen, y pareciera que el objetivo se enfoca en poner en marcha camiones bonitos con rutas distintas, pero dejan de lado el problema de la contaminación originada por los vapores que expulsan, a los cuales los habitantes de la zona metropolitana -desafortunadamente- nos estamos acostumbrando.