GRAN BRETAÑA.- Los vestigios enterrados de un momento prehistórico que fueron hallados en Durrington Walls, a menos de tres kilómetros de distancia del célebre Stonehenge, en Gran Bretaña, podrían cambiar las hipótesis sobre uno de los sitios arqueológicos más enigmáticos del planeta.

Se trata de un anillo neolítico con un diámetro de 1,5 kilómetros, integrado por 90 monolitos de piedra, de los cuales 30 están intactos, con una altura de hasta 4,5 metros.
Dataría de hace 4.500 años y ocupa cinco veces el área de Stonhenge, por lo que los arqueólogos hablan de un “superhenge”. El conjunto pudo constituir un gigantesco complejo ceremonial.

“Es enorme. Estamos empezando a ver el mayor monumento de piedra de este tipo que se haya conservado enterrado en Gran Bretaña y posiblemente en Europa”, afirmó Vincent Gaffney, uno de los dos arquitectos que encabezó la investigación.

El descubrimiento se logró mediante el rastrillaje del subsuelo en una zona de 12,5 kilómetros cuadrados de superficie alrededor de las famosas columnas.
Para las pesquisas, los arqueólogos del proyecto “The Stonehenge Hidden Landscapes Project” (Los Paisajes Ocultos de Stonehenge) –realizado en conjunto con la universidad de Birmingham y el Instituto Ludwig Boltzmann de Viena– emplearon tecnologías tales como un magnetómetro, un radar y un escáner láser en 3D.

En ese mismo lugar ya había sido identificada una estructura prehistórica semi circular de 500 metros.

“Hasta ahora, pensábamos que sólo se trataba de un gran talud y una fosa”, explicó a la BBCVincent Gaffney. “Pero por debajo de ese monumento macizo, se encuentra otro”, agregó.
Los arquitectos suponen que el anillo descubierto contó originalmente hasta 200 piedras. “Las que faltan pudieron ser usadas para construir Stonehenge”, explicó a la agencia de noticias AFPel arqueólogo Wolfgang Neubauer, que calificó el descubrimiento de “fantástico”.

Stonehenge (“piedras de pie”, en inglés antiguo) es uno de los monumentos prehistóricos más importantes del mundo. Fue edificado entre los años 3.000 y 2.300 antes de Cristo y se desconoce todavía cómo fue posible transportar y alinear los megalitos según los movimientos del sol. Es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Infobae.-