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TICUL.- Si un par de tetas jalan más que cien carretas, la sonrisa de una mujer bonita puede hacer que hasta el más precavido se sienta Tarzán y suba hasta lo más alto de un árbol, aunque luego tenga que pagar las consecuencias y pasar 14 horas atorado en los gajos.
Esto fue precisamente lo que le pasó a Benito Teh, de 54 años de edad, quien subió a una mata de huayas a petición de una vecina que lo convenció con una coqueta sonrisa. Sin embargo, por la humedad en las ramas a causa de las lluvias, el hombre resbaló y una pierna se le atoró en el tronco y ahí permaneció más de 14 horas hasta que fue rescatado.
El individuo, oriundo de Chapab de las Flores y dedicado a la venta de horquetas, pasó la noche colgado del árbol sin ropa, ya que en su desesperación por desatorarse perdió el pantalón y, para su mala suerte, no tenía calzoncillos.
Los hechos ocurrieron en Ticul, en un predio en el cual pasa las noches “Benito Horquetas” (como se le conoce en esa ciudad del sur de Yucatán). Un día antes, el dueño de la finca donde duerme le pidió que bajara unas huayas, pero el horquetero le dijo que no porque era peligroso ya que las ramas están húmedas por las lluvias.
Sin embargo, una vecina de al lado le hizo la misma petición, y ante la solicitud de la hermosa mujer acompañada de una sonrisa Benito comenzó a calentar músculo y en unos minutos ya estaba encima del árbol.
Sin embargo, la vecina tuvo que irse porque la llamaron de su casa y Benito se quedó solo en el terreno. En un momento dado sus temores de las ramas húmedas se hicieron realidad y resbaló, cayendo sobre un tronco grande donde se le atoró la pierna derecha.
En vano fueron sus esfuerzos para desatorarse y ahí pasó toda la noche, desnudo y con la pierna acalambrada, hasta que llegó el dueño de la quinta y lo vio en tan embarazosa situación.
Se pidió ayuda a la policía y al lugar llegaron varios agentes que rescataron al horquetero utilizando una tarima para que apoyara la pierna libre, y cortando la rama para que pudiera liberar la que estaba atorada.
Benito fue trasladado al hospital O’Horán para que le revisaran la pierna que ya tenía morada por el tiempo que permaneció carente de circulación.
De la mujer bonita causante en parte de esta situación ya no se supo qué pasó. Las huayas quedaron en el suelo como testigos sin voz.