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MÉXICO.- A pesar de no contar con una habitación cómoda, con mesa y silla para poder estudiar, Pamela Lizet Hernández saca matrícula de honor en todas sus asignaturas. La niña, mexicana y de 11 años, vive en una precaria situación a la que se vio abocada después de que su familia fuera desalojada del campamento donde residía. Lejos de que la chabola donde vive en el campamento improvisado que han habilitado en Nezahualcóyotl sea un problema para su escolarización, la menor saca dieces en todas las materias de su curso.
La única que se le resiste es Educación Física, pero no por falta de capacidad. “A veces tengo 9,7 ó 9,8 porque la maestra no me pone el 10 porque no tengo los pantalones originales de la escuela”, afirma Pamela. La niña, que vive junto a su madre y sus dos hermanos de uno y nueve años, anima a su profesora a que se dé cuenta del contexto en el que vive. “Le pediría a la maestra que viera mi situación para que no me saque el 9, para que vea que yo sí me gano ese 10”, dice.
Pamela tiene que compaginar su vida escolar con la ayuda que presta a su madre. “Yo ayudo a mi mamá separando la tortilla y yendo a vender, y a veces a cuidar a mi hermana, para que mamá lave la ropa”, reconoce la niña, primogénita de su familia. A pesar de sus esfuerzos, el dinero que entra en casa no es suficiente para pagar sus estudios. “Cuando pedimos la beca nos dijeron que no porque no teníamos una dirección fija”, afirma Verónica Viviano, madre de la menor. “Uno tiene que comer otro tipo de cosas para poder solventar el gasto cuando inicia el ciclo escolar”, asevera en relación a la precariedad económica que están atravesando.
La niña no se rinde y aspira a continuar con sus estudios. “Cuando me enseñaron lascapitales, hubo varios lugares donde yo quiero ir”, sueña Pamela recordando el mapa que se aprendió. “Siento que sería algo bonito viajar”, concluye. La joven mexicana con un expediente académico intachable sólo espera que su familia salga de la vida en la calle, y asegura que no pretende vivir con grandes lujos: “No quiero una casa muy grande, solamente no quiero seguir viviendo en la calle”
EL CONFIDENCIAL.-