yahyMÉRIDA.- No cabe duda que la regidora panista con licencia Yahayra Centeno Ceballos se quedó como el perro de las dos tortas, pues se separó del Cabildo meridano para contender por una diputación local desde el 25 de diciembre pasado y luego de un proceso de impugnación lo perdió todo.
Desde esa fecha dejó de cobrar en la nómina municipal, pues contendió primero en un proceso interno en el que por una diferencia de tres votos obtuvo la candidatura del segundo distrito local.
En la elección constitucional compitió contra la priista Marisol Sotelo Rejón, quien la aplastó por una diferencia ni más ni menos que de cuatro mil votos. Y aún con esos mediocres resultados el IEPAC le dio su constancia de diputada electa “por paridad de género”.
Y ayer, el TEEY ordenó al árbitro electoral local retirarle la diputación (así como a Paloma Angulo y Cinthya Valladares) para nombrar legisladores electos a sus correligionarios Moisés Rodríguez, Manuel Argáez y Rafael Montalvo.
Por su ambición de querer ser diputada, Yahayra Centeno dejó de cobrar siete meses de su jugoso sueldo de regidora, que asciende a 70 mil pesos mensuales, es decir, la vecina de la Col. Vicente Solís dejó de ganar $490 mil, del 25 de diciembre a la fecha.
También dejó de ganar $11,250 en vales de despensa al mes, o sea, no cobró $78, 750 en especie.
El total de sueldo más vales de despensa que la concejal dejó de ganar por estar en campaña en siete meses es de $568,750, dinero y vales que recibió su suplente, Cheryl Pech Pech.
El revés que sufrió Centeno Ceballos representa también una derrota para Kirbey Herrera Chab, quien fue su coordinador de campaña y se ostentaba como el “súper operador” panista del sur de Mérida.
Con esto se comprueba que Herrera Chab está acostumbrado a perder porque hace tres años ganó limpiamente una diputación local, pero el TEPJF lo dejó fuera porque volvió a su puesto de edil, de esa forma fue su suplente Judit Malta quien ocupó una curul en el Congreso del Estado.
Como premio de consolación, a Kirbey le dieron un puesto como jefe de departamento en el Ayuntamiento de Mérida. Sin embargo, ante los panistas, y especialmente ante Mauricio Vila Dosal, se vendió como un extraordinario operador, pero estos resultados lo desenmascararon.
De este modo, “el proyecto político” que supuestamente representaba Yahayra Centeno está muerto, pues la edil con licencia no ganó ni en las urnas ni en los tribunales, lo que evidencia su falta de carisma y capacidad política, y también lo inflado que están sus operadores políticos, quienes ya se exhibieron ante los panistas.
Paradójicamente, la tía de Yahayra, Rosa Ceballos Madera, con quien tiene pésima relación, será regidora de mayoría en la administración de Mauricio Vila Dosal.