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MÉRIDA.- A tres años de la captura del pepino de mar en aguas yucatecas, cerca de 500 pescadores presentaron el síndrome de descompresión, algunos de los cuales perdieron la vida debido a diversos factores, tal el caso de continuar con las sumersiones a pesar de tener los síntomas, informó el secretario técnico del Comité de Prevención de Accidentes en Actividades Subacuáticas, Rodrigo Ramírez Victoria.


En lo que va del año, en los dos períodos autorizados para la captura del equinodermo, ya se registraron 60 casos de descompresión, de los cuales al menos cinco perdieron la vida, además de dos pepineros furtivos.
De 2013 a la fecha, el sector salud ya reportó cerca de 500 pescadores descompresionados, la mayoría de ellos enfocados a la captura de ésta especie altamente cotizada en el mercado asiático.
Reconoció que en lo que va de 2015, ya se autorizaron dos períodos de captura, de los cuales, del 25 al 30 de abril fueron 20 casos, mientras que del 14 al 25 de mayo fueron 40.
En cuanto a las defunciones, comentó que tan sólo en el segundo período fueron cinco, y dijo desconocer cuantos fueron en la primera temporada, así como de los furtivos, tal el caso de Eleazar García Canché y Maro Ucán, de 34 y 48 años de edad, quienes fenecieron el 20 de marzo y 24 de junio, respectivamente.
Mencionó que son diversos los factores que provocan éste fenómeno, en algunos casos, el pepinero efectúa hasta 20 sumersiones, y a pesar de tener los síntomas, siguen buceando.
A consecuencia de ello, algunos pierden la vida en el mar, otros al llegar a la playa, así como aquellos casos de pescadores que mueren en el trayecto al hospital.
Ramírez Victoria explicó que en el Estado hay seis mil pescadores, y hasta el momento, sólo a 100 ya se les dio el curso de primeros auxilios al mismo tiempo que se les entregó su certificado de salud.
Es decir, ya se atendió al 1.67 por ciento del total de hombres dedicados a la pesca, labor que inició luego de la instalación del Comité de Prevención de Accidentes en Actividades Subacuáticas, evento efectuado el pasado 17 de marzo.
Definió el síndrome de descompresión como un problema que afecta a la población dedicada a las actividades pesqueras mediante el buceo, cuyas secuelas afecta a las familias, ya que el afectado prácticamente ya no puede trabajar, y en el peor de los casos, pierde la vida.
“Al sumergirse a grandes profundidades para pescar, nuestro cuerpo se somete a presiones mayores, existe un aumento de la cantidad de nitrógeno y gases tóxicos. Cuando el ascenso no se realiza adecuadamente, se producen microburbujas que ocupan los vasos sanguíneos y pueden producir inclusive un infarto cardiaco o isquemia cerebral, siendo letal para quien lo padece”, acotó.