Entrevista con el Alcalde Renán Barrera y su Esposa Diana Castillo Laviada Febrero 6 de 2015  Foto Celis

MÉRIDA.- El gran perdedor en el PAN, luego del proceso electoral externo y el interno, sin duda alguna fue el alcalde Renán Barrera Concha, quien se sintió tocado por el todopoderoso y creyó que podía ganar cualquier competencia, pero la realidad le demostró lo contrario: al final acabó como Rosita Alvires, pues murió políticamente de tres tiros.
La estrepitosa caída política de Renán se debe a la soberbia del alcalde meridano y a la de sus colaboradores, quienes, en una pésima lectura del entorno político, pensaron que sería el salvador del PAN y el gran político.
Sin el carisma de personajes como Víctor Cervera Pacheco, Renán se creyó amado de todos y este error lo llevó a su tumba política. Su habilidad política y el trato a la gente está muy distante de ser lo que se requiere para conseguir el apoyo de los ciudadanos.
Explicamos la mala lectura política de su entorno. Renán venció en una interna a Beatriz Zavala y luego en la externa a Nerio Torres Arcila, y él y sus seguidores creyeron que era el gran político carismático que todo lo que tocaba lo convertía en oro.
Como alcalde lo designaron presidente de la Ampyac, luego de la asociación de panistas del país y luego presidente de la agrupación de los alcaldes de todo el país. Esos cargos poco o de nada sirven y como ejemplo está que Angélica Araujo los tuvo y no consiguió nada.
A la “Tía Betty” la venció porque los panistas ya estaban hartos de ella, de su soberbia y de su prepotencia, y le ganó con algo de “acarreos” y compra de votos. Es decir, Renán no ganó por virtud sino por defecto. No es un líder popular nato y de arrastre; venció porque los panistas ya no querían a la experta mamadora de la ubre oficial, quien ya aseguró tres años más, para llegar a 21 viviendo del dinero del pueblo.
Luego, Renán ganó la alcaldía, pero gracias al pésimo trabajo de Angélica Araujo Lara, asesorada por su comadre Ivonne Ortega Pacheco. Los meridanos le dieron el triunfo al PAN no a Renán, pero éste creyó que por el mismo ganó. Cualquier otro candidato del PAN también hubiera ganado la alcaldía en 2012.
La confirmación de esta hipótesis (Renán carece de habilidad política y peca de soberbio) fueron las tres derrotas que sufrió: una, cuando fracasó al intentar que lo nombren diputado pluri federal. Dos, cuando perdió al buscar una diputación local pluri, y, tres, cuando no pudo lograr que retrasen las elecciones del presidente del CDE y porque nadie apoyó la candidatura de unidad que buscó en torno a su persona.
Por eso decimos que murió como Rosita Alvirez: de tres balazos, tres balazos políticos.
Ahora, el alcalde meridano, sin el amparo de la alcaldía, que deja lugar a muchos negocios y por tanto lana, tendrá que reinventarse para tratar de buscar ser el candidato del PAN a la gubernatura en 2018, puesto que pelearán como sabuesos Joaquín Díaz Mena, Daniel Ávila Ruiz, Rosa Adriana Díaz Lizama y quizás Mauricio Vila Dosal y Raúl Paz Alonzo.
Renán Barrera la tiene muy difícil, no decimos imposible porque en la política mexicana 2 más 2 no son cuatro, pero para mantenerse vivo políticamente deberá tener mucho ingenio, de lo que ahora careció, y dinero. El 31 de agosto le dirán “hasta la vista baby” …… y a esperar a ver si resurge como el Ave Fénix.