MÉRIDA.- En su tercer intento, el joven ticuleño Jesús Ademar Ek Collí (a) “Chito”, de 27 años de edad, consiguió por fin su objetivo de escapar de esta vida, que no lo había tratado nada bien, ya que se ahorcó en su casa, cuando estaba ebrio.
El joven concretó su propósito en su casa ubicada en Ticul, hasta donde llegó su hermana a buscarlo intrigada porque, contra su costumbre, Jesús Ademar no estaba escandalizando como siempre lo hacía cada vez que se embriagaba.
Desde pequeños, los hermanos perdieron a su madre y se quedaron al cuidado de su padre, quien para sobrellevar su viudez se convirtió en bebedor consuetudinario, pasos que siguió Jesús Ademar, quien también era conocido como “Chito”.
En una ocasión anterior ya había intentado suicidarse, pero sus familiares lograron rescatarlo. Luego intentó cortarse las venas en las celdas de la cárcel municipal, a donde fue llevado por escandalizar.
Fue en esta tercera ocasión que consiguió lo que tan afanosamente buscaba: escapar de las circunstancias que lo hacían infeliz.
Como ocurría casi a diario, Jesús Ademar llegó borracho y comenzó a escalandalizar en su casa, de tal manera que sus familiares no le dieron mayor importancia.
Sin embargo, al poco rato la casa quedó en silencio, lo que extrañó a Yaki Ek Collí, hermana del suicida, quien fue a ver qué ocurría.
La joven mujer se llevó una desagradable sorpresa al encontrar a su hermano ahorcado, y enseguida fue a perdirle ayuda a su esposo José Alberto Itzá, quien bajó el cuerpo pensando que “Chito” todavía estaba con vida.
Poco después llegaron paramédicos de la Cruz Roja que solo pudieron constatar que, efectivamente, el joven ya había fallecido.
Jesús Ademar era ayudante en una herrería en Ticul y lo poco que ganaba lo gastaba en embriagarse.