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PROGRESO.- Aunque el sector pesquero es el más preocupado por la aparición de una mancha de marea rojo, si el fenómeno avanza pronto y se extiende cerca de este puerto también afectaría al período vacacional, como sucedió en 2008.
Ante la aparición de la marea roja entre Dzilam Bravo y Río Lagartos, en el oriente del litoral, empresarios pesqueros consideran que si los manchones se extienden a toda la costa, las principales pesquerías resultaran seriamente afectadas.
-Será la cruz en el ataúd para la pesca, la cual atraviesa una crítica situación, pues por lo menos tres años tardara en recuperarse la langosta; la temporada de pulpo corre riesgo de que truene, y el fenómeno acabaría el pepino de mar, -expresó Manuel Sánchez González, presidente del Sistema Producto Mero.
El lunes por la tarde, en la Secretaría de Salud, se llevó al cabo una reunión del comité de seguimiento de la marea roja, a la que asistieron varios empresarios pesqueros; en la junta se abordó el caso del fenómeno y se dio a conocer que los manchones se encuentran frente las costas de Río Lagartos y Dzilam Bravo.
La mancha que se ubica de entre 10 y 12 brazas de profundidad de la costa, aunque no se precisó la dimensión; se informó a los asistentes, según explicaron algunos empresarios pesqueros que asistieron a la reunión, que sí hay marea roja, pero continuarían con los muestreos para determinar el grado de peligrosidad.
Manuel Sánchez señaló que han recibido reportes de peces muertos, aunque no en grandes cantidades, así como también se reporta que hay zonas en donde hay buena captura de especies marinas que huyen de la marea roja.
Sánchez González señaló que hay mucha preocupación en el sector pesquero, pues si la marea roja no se disipa, podría afectar a la langosta, pesquería que tardaría unos tres años en recuperarse.
Además, el pulpo cuya temporada de captura comenzará el próximo 1 de agosto, está en serio riesgo, lo que afectaría a miles de pescadores.
Un recurso marino en grave riesgo por la marea roja es el pepino de mar, que según los pescadores, en el 2008 cuando se presentó ese fenómeno, arrasó con esa pesquería y tardó casi tres años en recuperarse.
Ese año afectó seriamente la temporada veraniega, debido a que por la mortandad de peces y la contaminación de las playas, muchos temporadistas dejaron sus casas de playa y retornaron a Mérida, lo que afectó a los prestadores de servicios.