Carro del Semefo que fue por el cadáver del Canalla

MÉRIDA.- “¡No puede ser, por qué lo hizo si era sólo una maldita deuda, no valía la pena que hiciera lo que hizo!”, gritaba desesperada una mujer al ver a su esposo colgado en su vivienda de Tizimín.
Fuera de sí, la viuda entraba y salía de la casa ubicada en el fraccionamiento Los Aguacates de la ciudad del oriente yucateco.
El suicida era un taxista de 46 años que trabajaba en Cancún y que en los últimos estuvo agobiado por una deuda que tenía. Al final no pudo con la preocupación y terminó ahorcándose en su habitación.
La noche del suceso había llegado de Cancún y encontró a su esposa Francisca Sánchez conviviendo con unos familiares, de modo que solo saludó y continuó hacia su cuarto, donde se encerró.
Pensando que estaba cansado, la mujer no fue a verlo sino hasta horas después cuando lo encontró ahorcado.
A pesar de que sus familiares lo bajaron, el hombre ya había muerto y no pudo hacerse nada por salvarlo. Esto lo corroboraron paramédicos de la Cruz Roja que llegaron ante un llamado de auxilio.