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MÉRIDA.- Rafael de Marco Canul Pool, presunto homicida del ex director de la Orquesta Sinfónica de Yucatán Luis Luna Guarneros, rindió hoy declaración ante la autoridad judicial y dijo de nuevo que no mató al músico.
Aseguró que él estuvo con su madre y unas mujeres de un templo el día en que presuntamente mataron a Luna Guarneros.
La tarde de este jueves, en la sala 3 del Centro de Justicia Oral de Mérida se realizó la audiencia a solicitud del propio Rafael de Marco y que fue presidida por el juez de control del primer distrito judicial del sistema penal acusatorio y oral, Luis Edwin Mugarte Guerrero.
El procesado dijo que se enteró que el domingo 16 de noviembre de 2014 el maestro Luna había desaparecido y agentes le habían hablado para saber si estaba con él, a lo que mencionó que no y le pidieron si podía ayudarlos en la investigación, accediendo por prima voluntad.
El lunes 17 por la noche les dijo lo que sabía, explicando que lo había visto con su pareja sentimental Felipe Fernando de J. M. M., pero los agentes lo llevaron a un lugar del sur y se portaron de forma intimidante.
A Felipe Fernando de J. M.M., a quien identificó como la pareja sentimental de la víctima y quien no está imputado por estos hechos, lo había visto en un domicilio en Tixkakal Opichen y le entregó un dinero que provenía del maestro Luna.
El martes siguiente lo fueron a ver de nuevo los agentes y le preguntaron si podía llevarlos al mencionado domicilio, a lo que accedió. Ya estando en el lugar el agente de nombre Santos, se bajó e investigó, pero le indicó que no vivía ahí Felipe Fernando.
Entonces, el agente le preguntó que quien podía corroborar esa información, a lo que él mencionó que su amigo Eduardo Enrique López Dorantes, uno de los tres imputados por encubrimiento, de manera que le envió mensaje y lo fueron a ver a un Starbucks.
Luego fueron a la Fiscalía y a Eduardo Enrique lo metieron a una oficina en cuya puerta decía Alerta Amber, de la que salió a los 40 minutos llorando.
A él lo metieron después y lo torturaron; los subieron en camionetas diferentes y lo llevaron al sitio donde vivía Felipe Fernando, donde los esperaba un convoy. Entraron a la casa y sacaron un álbum fotográfico y le mostraron unas fotos para que indicara cual era Felipe.
Dijo que los días subsecuentes en la Fiscalía lo estuvieron torturando, lo mismo que a los otros tres coacusados, incluso al propio Felipe, al que ya habían localizado.
Rafael de Marco aseguró que los torturaban para que dijeran donde estaba el maestro desaparecido, asegurando que escuchó cuando Wilberth Moisés Carballo Canul (otro de los imputados por encubrimiento) dijo que aceptaría decir lo que los agentes querían, pero a cambio de que no lo siguieran golpeando.
Firmó papeles donde lo incriminaban y luego lo llevaron a un parque, lo soltaron y lo detuvieron de nuevo en ese mismo lugar.
Reiteró que fueron detenidos ilegalmente y de nuevo aseguró que él no mató al maestro Luna, pues el sábado, cuando se supone ocurrió el crimen, él se encontraba en su casa en una reunión con su mamá y señoras del templo.
Al día siguiente estuvo todo el día en Xmatkuil, con su familia.
Finalmente, dijo que no tiene miedo de ir a juicio, pero que le den los datos que ha solicitado (sobre cuentas y llamadas del músico asesinado) para poder probar su inocencia.
Formal P.-