VilMÉRIDA.- La integración del gabinete del alcalde electo Mauricio Vila Dosal traerá designaciones poco agradables para muchos, ya que, según se dice, pondría a personas de dudosa calidad moral y ética al frente de puestos importantes, como a Cecilia Patrón Laviada, Roger Torres Peniche y Juan Carlos Rosel Flores.
Se dice que para el puesto de oficial mayor suena Torres Peniche, aunque Renán Barrera Concha quiere dejar en ese puerto al actual oficial mayor Mario Martínez Laviada. Sin embargo, se dice que Vila no busca en donde colocarlo, pues no es bien visto entre los panistas, pues no ha hecho nada por el partido y no tiene un equipo de trabajo. Sólo le sigue su sombra y alguno que otro despistado busca chambas que cree que Roger le dará trabajo.
Torres Peniche es un ex priista que en su paso por el tricolor era el encargado de fraudes electorales y de comprar elecciones junto con José Guadarrama Márquez, en la época en que no existía el IFE y no había una credencia para votar confiable. Víctor Cervera Pacheco lo “exilió” por considerarlo traidor, lo que a final de cuentas sucedió, ya que Torres Peniche se pasó al PAN.
A la dirección de Obras Públicas llegaría el perdedor César Bojórquez Zapata, aunque varios panistas dicen también que Renán quiere imponer a su hermano Jorge en ese puesto
Para la dirección de Desarrollo Social va Cecilia Patrón, quien en la delegación de Sedesol se dedicó a hacer negocios, pues le pedía dinero a constructores para hacerlos ganar concursos de obra y a los alcaldes que les daba obras les pedía el “diezmo”, que en realidad era el 20 por ciento.
Incluso Cecilia ya empezó a armar su equipo de trabajo, en el cual incluye a ex alcaldes y a candidatos perdedores del interior del estado.
El cargo de director de Gobernación lo pelean Víctor Hugo Lozano Poveda y Sergio Chan Lugo, aunque parte de los acuerdos para que Raúl Paz se “bajara” de la candidatura para la alcaldía fue que ese puesto sería para su compañero de bancada en la Cámara de San Lázaro.
Sin embargo, ante la inesperada derrota del diputado local con licencia, Xavier Abreu Sierra trata de colocarlo en ese puesto, aunque hay que decir que Víctor Hugo se lleva mucho con Vila, porque ambos fueron diputados locales.
Juan Carlos Rosal trata de acomodarse en cualquier cargo, pues está sin trabajo; tiene sobre sus espaldas que fue uno de los principales autores de Xavier Abreu en las elecciones gubernamentales de 2007. Como premio su papá lo colocó como contralor de la CFE, con un sueldo de 70 mil pesos. Es un “cae mal” natural, por antipático, soberbio y pedante.
En fin, mientras Vila sigue embelesado con su triunfo, Xavier se encarga de hacer las propuestas para los puestos y el equipo cercano del vendedor de comida rápida, encabezado por Arturo León, le da el visto bueno o propone a otro.