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MÉRIDA.- En diligencia celebrada ayer, Eduardo Enrique López Dorantes (a) “Lalo” aseguró que el músico Rafael de Marco Canul Pool fue el autor material del homicidio del ex director de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, Luis Fernando Luna Guarneros.
López Dorantes, quien fue acusado de encubrimiento en este caso, declaró en uso del “principio de oportunidad”, ante el juez de control, Luis Edwin Mugarte Guerrero, reiterando que Rafael de Marco le pidió ayuda para deshacerse del cadáver, incluso hizo un relato pormenorizado de los días de los hechos.
Explicó que Rafael de Marco fue a la Ciudad de México después del crimen y dispuso de grandes cantidades de dinero de las cuentas del occiso y le explicó que no sería detenido porque ya tenía una coartada para culpar a otra persona.
“Es mi voluntad expresar lo que sé, para esclarecer los hechos, no está bien ocultar cosas que en su momento causaron daño”, precisó.
La audiencia se celebró la tarde de este martes en el Centro de Justicia Oral de Mérida, en la cual relató circunstancias relacionadas a este hecho ocurrido el pasado 2 de noviembre de 2014.

Declara por voluntad
A las 13:30 horas inició la audiencia, misma que fue solicitada por el acusado de encubrimiento, quien dijo que era su voluntad declarar para ayudar al esclarecimiento de los hechos y que no había hablado antes por la amistad que lo une con el cuarto involucrado, es decir, con el señalado como autor material del crimen
Al narrar los hechos, dijo que el 2 de noviembre de 2014, aproximadamente a las 03:30 horas, se encontraba en el centro nocturno “Foxxy´s” cuando empezó a recibir llamadas de un número desconocido; al tercer intento contestó y reconoció que era su amigo Rafael de Marco, quien le dijo que había matado al músico, pero el declarante no le creyó.
Como a los 30 minutos, Rafael de Marco se presentó junto con Wilberth Moisés Carballo Canul y le reiteró: “Maté al maestro, necesito que me ayudes a esconder el cuerpo”, pero igualmente no le creyó y volvió a entrar al antro.
Luego, en la noche de ese mismo día, como a las 20:00 horas, fue a ver a esas dos personas que se habían presentado en el centro nocturno y su amigo le contó todo lo que había hecho y le entregó un teléfono celular negro y unas llaves para que manejara una camioneta negra.
Entonces fueron a buscar a otra persona, Eufracio de Jesús Chuc Estrella (a) “Chucho”, y luego se dirigieron a casa de la víctima, donde su amigo le indicó que se estacionara a dos cuadras y que le llamaría para que regresara, acción que realizó, pero al volver por ellos se dio cuenta por el retrovisor que las tres personas subían un bulto, del cual pudo ver que sobresalía un pie, por lo que se alteró.

Ya estaba adentro
Quiso escapar y pidió explicaciones, pero su amigo le dijo que ya no podía salir, que ya era cómplice.
Posteriormente, las cuatro personas, él manejando, se dirigieron a un terreno baldío, donde su amigo les dio indicaciones a las otras dos personas para que excavaran y tiraran el bulto. El declarante aseguró en su relato que se desesperó, salió del terreno, estacionó la camioneta a dos calles y se dirigió a su domicilio a donde, alrededor de las 05:00 horas, el acusado fue a buscar las llaves de la camioneta.
Relató que el lunes 3 de noviembre de 2014 le llamó el segundo imputado por encubrimiento, quien al igual que él pasa su proceso en libertad, para platicar y se reunieron en un parque, lugar al que llegó su amigo Rafael de Marco y le entregó un iPad con la caja abierta con una etiqueta de la tienda Sears y le pidió el favor de empeñarlo, recibiendo en una casa de empeños de de Umán la cantidad de tres mil pesos.
Indicó que su amigo le pidió que lo llevara al aeropuerto, a lo que accedió. Al día siguiente le llamó vía telefónica para pedirle que lo acompañara a celebrar su cumpleaños en la Ciudad de México, para lo cual le había depositado un dinero, con lo cual se trasladó a la capital, en donde se reunió con su amigo en un bar llamado Décadas, y le presentó a Abel Velázquez Cruz y escuchó que iban hacer unos movimientos bancarios sobre las cuentas del maestro, y pasaron una tarjeta por una “vauchera”, pero que no pudo precisar de quién era. Al día siguiente le pidió su clave interbancaria, ya que le depositarían un dinero y fue cuando el declarante regresó a Mérida.
Posteriormente, en fecha que no pudo precisar, dijo que el acusado le avisó que le había depositado la cantidad de $75,000.00 y que retirara $60,000.00 y le avisara, cosa que hizo, luego de lo cual su amigo le entregó la cantidad de $20,000.00 a cada uno de los participantes en el asunto.
También dijo que el 13 de noviembre su amigo le avisó que le iba a depositar $95,000.00 y que retirara $90,000.00; luego se reunieron y su amigo distribuyó el dinero dándole $30,000.00 a cada uno y recordó que su amigo le dijo que tenía “una coartada para que su plan le saliera bien, que la cartera y las llaves del maestro las iba a tirar en casa de una persona, para que la culparan de la muerte del músico.

Cómo lo adormeció
Recordó que cuando le dio el iPad, su amigo le contó cómo lo había matado, que le había dado unas pastillas en una bebida y que forcejearon, que el señor empezaba a perder el conocimiento y cayó en la cama y que lo asfixió con una almohada.
López Dorantes, Carballo Canul y Chuc Estrella están acusados de encubrimiento y cuentan con un dispositivo electrónico para que no salgan de Yucatán. Los tres han hundido a De Marco Canul como el autor intelectual y material de este sonado homicidio.