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MÉRIDA.- La decisión del IEPAC de entregar tres diputaciones pluris a mujeres del PAN desató una serie de versiones entre panistas, las cuales giran en torno al pleito que hay al interior de ese partido y que comenzó desde que se iniciaron las elecciones internas.
Los panistas perdedores afirman que Hugo Sánchez Camargo, presidente estatal panista, y Renán Barrera Concha, alcalde meridano, decidieron que las pluris se las den a Cinthya Valladares Couoh, Paloma Angulo Suárez y Yahayra Centeno, teoría que supone que el Iepac se prestó a este juego.
Afirmación temeraria de estos panistas, sobre todo si no hay pruebas de los que estos azules afines a Raúl Paz Alonzo afirman.
En el Iepac los consejeros están seguros que aplicaron diversos ordenamientos nacionales e internacionales para asignar las candidaturas pluris a mujeres, a fin de garantizar la paridad de género.
Lo cierto es que la ley local, aprobada el año pasado, indica que se debe garantizar la paridad en las candidaturas, es decir que se hayan colocado el mismo número de candidatos y candidatas. Eso se cumplió. Ahora, si los ciudadanos decidieron elegir a hombres eso es algo que no se puede violar, ya que el voto ciudadano es sagrado.
Es decir, por medio del “repechaje” debe entrar el que alcance el mayor porcentaje de la votación, no el mayor número de votos; esta figura del “repechaje” no se aplica en la ley federal, sino únicamente en la local.
Asegurar, como lo hacen los simpatizantes panistas de Paz, que el IEPAC se prestó al juego sucio de los intereses de Renán Barrera es algo temerario. Podemos pensar que el IEPAC se equivocó, pero es muy difícil creer que haya habido acuerdos en los oscurito. Esto tendría que demostrarse.
De acuerdo con fuentes del PAN, la entrada de las regidoras con licencia Paloma Angulo Suárez y Yahayra Centeno Ceballos al Congreso del Estado, por la vía del repechaje, responde a varios intereses y acuerdos entre el presidente estatal de este instituto, Hugo Sánchez Camargo, y el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha.
Esto lo pueden querer ellos (Hugo y Renán), pero para que se cumpla el Iepac debe estar coludido, lo que de ser cierto marcaría una total desconfianza en el órgano electoral.
Los autores de esta teoría temeraria dicen que esta decisión, en la que suponen se coludió el Iepac, trata de impedir que Raúl Paz Alonzo sea el coordinador de la fracción parlamentaria del PAN, pues el presidente municipal no quiere que “Pacito” ocupe ese cargo, y para ello pedirá a sus regidores, hoy convertidos en diputados electos (Elías Lixa, Paloma y Yahayra) que promuevan a Beatriz Zavala Peniche como coordinadora de la bancada blanquiazul, pero no porque la quieran mucho, sino porque saben que Zavala Peniche no representa ningún riesgo para sus intereses políticos futuros.
Estos panistas dicen que con los tres ediles panistas con licencia, hoy convertidos en legisladores electos, Barrera Concha garantiza la defensa férrea sobre la polémica por las luminarias que se vislumbra pierda el Ayuntamiento de Mérida.
Sin embargo, según estos “pacistas”, el principal motivo por el cual impusieron a las concejalas panistas en el Congreso del Estado es por la rivalidad que prevalece entre el primer edil saliente y el próximo diputado federal Joaquín Díaz Mena, quien en alianza con la senadora panista Rosa Adriana Díaz Lizama, impulsa el proyecto de los candidatos a diputados locales del interior del estado que impugnarán la resolución del IEPAC que favorece a Paloma Angulo, Yahayra Centeno y Cinthya Valladares.
No dudamos que en el PAN haya esta guerra entre Joaquín Díaz Mena y Renán Barrera para demostrar quién tiene más poder al interior del partido. Pero los defensores de la teoría de que se impuso la decisión de Renán Barrera tiene el inconveniente que para que se cumplan los caprichos del alcalde el Iepac debe estar coludido.
En política dos más dos no son cuatro, pero si el Iepac se coludió lo hizo de una manera muy burda, aunque el instituto electoral goza del privilegio de que le tendrían que demostrar esa supuesta colusión, lo que seguramente nunca se hará.
Esto suena a lo que el mesiánico y fuera de lugar Manuel López Obrador dijo 2n 2006 del IFE: que no era confiable. Eso es mucho, porque dudar de este tipo de instituciones pone en riesgo esta incipiente democracia, que crece a pasos demasiado lentos.