MÉRIDA.- La derrota de Nerio Torres Arcila, ex candidato a la alcaldía de Mérida por el PRI, representa un tropiezo en las carreras políticas de jóvenes, ciudadanos y de un veterano dirigente sindical, que formaron parte de la planilla del ex secretario estatal de Desarrollo Social.
Al perder Torres Arcila la presidencia municipal por segunda vez consecutiva, los candidatos a regidores del PRI de mayoría no entrarán al Ayuntamiento de Mérida, porque su lugar será para los panistas (11 curules en el Cabildo, incluido el alcalde Mauricio Vila, a partir del 1 de septiembre).
En la lista de candidatos a ediles de mayoría del PRI se encuentra el eterno trapecista político Pedro Oxté Conrado, dirigente de la CROC, quien vuelve a perder, pues en el 2012 cuando contendió por una diputación local fue derrotado por el PAN, pero entró por repechaje al Congreso del Estado.
Por ello, seguramente Oxté Conrado regresará a su curul en la Cámara local para cobrar las cinco quincenas que le falta a la actual legislatura.
Jorge Carlos Ramírez Granados, mejor conocido como “Croata”, tampoco continuará su carrera política con un cargo público; “Croata” es hijo del ex titular de la Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín, y ésta fue la primera vez que contendió por un cargo de elección popular.
De igual forma, tampoco será edil Brunno Sánchez Canul, presidente en Yucatán de la Red Jóvenes por México (antes Frente Juvenil Revolucionario), quien también es la primera vez que aspiraba a un cargo de elección popular.
Los antes mencionados son militantes del PRI, pero Nerio tuvo una candidata 100 % ciudadana y se trata de María Teresa Fernández Maldonado, presidenta de la Asociación Camila, que promueve la donación de órganos.
Como se recordará, Fernández Maldonado perdió a su hija Camila hace algunos años, cuando fue atropellada por un hombre que hablaba por teléfono mientras manejaba su coche.
María Teresa Fernández donó los órganos de su hija y salvó la vida de ocho personas. Sin duda, hubiera sido un buen elemento en el Cabildo de Mérida.
