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SEÚL.- Estadios, cines y hospitales semivacíos, clases suspendidas, eventos cancelados y sobre todo millones de máscaras protectoras revelan la situación de paranoia que se vive en Corea del Sur por el virus MERS, que ya suma seis fallecidos, 87 infectados y 2 mil 300 personas en cuarentena.
Una fotografía en la que 44 asistentes a una boda -incluidos los novios- posan con sus respectivas mascarillas es hoy la imagen más compartida, entre el humor y la preocupación, por los surcoreanos en las redes sociales.
La ceremonia tuvo lugar la semana pasada en Pyeongtaek, la ciudad al suroeste de Seúl que alberga el Hospital Saint Mary donde el pasado 20 de mayo se registró el primer caso del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio o nuevo coronavirus.
En la capital, una de las ciudades más dinámicas y bulliciosas del mundo, las calles se ven más vacías, gran parte de los eventos culturales se han cancelado y las mascarillas blancas son omnipresentes, especialmente en el metro.
En uno de los encuentros que sobrevivió a las cancelaciones masivas, los seis miembros del grupo de Kpop 24K recibieron hoy ataviados con mascarillas a un centenar de fans, a los que previamente suministraron protectores bucales como condición para llevarse sus saludos y autógrafos.
En verano apenas se suelen usar mascarillas, pero este año estoy vendiendo muchísimas y ya se me han agotado las existencias varias veces”, comentó un farmacéutico en el distrito central de Jung-gu en Seúl.
En el principal portal de compras online del país, Gmarket, las ventas de máscaras protectoras y desinfectantes de manos se multiplicaron por 12 y por 28 respectivamente la semana pasada respecto a la anterior.
Al margen de las mascarillas, la alarma generada por el MERS ha propagado el miedo a acudir a lugares concurridos e incluso a salir a la calle, y esto se ve reflejado en la baja afluencia a restaurantes, centros comerciales, estadios, cines y otros espacios públicos.
En plena temporada de beisbol, el deporte más popular de Corea del Sur, el estadio de Jamsil registró el viernes una entrada de 7 mil 640 espectadores, menos de la mitad del promedio de 17 mil 413 hasta el momento.
En cuanto al cine, otra de las opciones favoritas de ocio en el país, el número de asistentes a las salas fue de 687 mil 872 el sábado, un 23.5 por ciento menos que dos semanas antes, según datos del Consejo del Cine de Corea.
Un ejemplo más extremo fue el casi siempre abarrotado zoológico de Seúl, que este fin de semana se mostraba prácticamente vacío en las fotografías tomadas por algunos de los escasos visitantes.
Esto sucedió a pesar de que el Gobierno puso en cuarentena a los camellos en la que quizá haya sido la medida más grotesca tomada hasta ahora por las autoridades, y cuyo motivo es que supuestamente fueron estos ungulados quienes transmitieron a los humanos el MERS hace tres años en Arabia Saudí.
ALARMA SOCIAL
Llama la atención que, tras registrarse hoy 23 nuevos infectados hasta sumar un total de 87, Corea del Sur sea el segundo país -tras Arabia Saudí- con más casos de esta extraña enfermedad para la que no existe tratamiento y cuya transmisión requiere un contacto muy directo.
En todo caso, y como no podía ser de otra manera, la mayor alarma social se ha generado en torno a los hospitales, principales focos del nuevo coronavirus.
En el Centro Médico Samsung, que acumula la mayoría de los casos, hay un 40 por ciento menos de pacientes de lo habitual y, a excepción de las emergencias, las cancelaciones por parte de los clientes son masivas.
Los pacientes están muy preocupados, mucho más que los doctores y el personal sanitario”, comentó una enfermera que trabaja en el hospital Kangbuk, afiliado al anterior y en el que también se ha notado un fuerte descenso de las visitas.
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud calculó en un 40 % la mortalidad del virus, médicos y expertos surcoreanos creen que en este brote podría ser menor, ya que se conocen sus causas y se puede tratar mejor a la espera de la vacuna o el antídoto definitivos.
De momento, los seis muertos en el país eran personas de edad muy avanzada o que ya tenían graves problemas de salud.
EFE.-