BARCELONA.-Un equipo internacional en el que ha participado el geólogo español Lluís Gibert ha descubierto en Etiopía un fósil de un homínido que coexistió con el Australopithecus afarensis, Lucy, hace más de 3 millones de años, nuevo eslabón en la evolución del linaje humano.
Gibert, de la Universidad de Barcelona (noreste de España) destacó la importancia del hallazgo, que publica hoy larevista “Nature”, y auguró que reabrirá el debate sobre la evolución humana.
Siempre que se encuentra un fósil importante, hay un gran debate científico, y este nuevo hallazgo generará nuevas discusiones sobre los orígenes humanos”, afirmó.
La datación e identificación del fósil, hallado en la campaña de 2011, es la evidencia definitiva de que el Australopithecus afarensis compartió espacio y tiempo con otras especies de homínidos en el Plioceno medio en África.
‘Australopithecus deyiremeda’ es el nombre de la nueva especie de homínido fósil descubierto en el área de Woranso-Mille (Etiopía) por un equipo científico internacional que dirige el profesor Yohannes Haile-Selassie (Universidad de la Reserva Case Western, Estados Unidos) y en el que ha participado Gibert, investigador del Departamento de Geoquímica, Petrología y Prospección Geológica de la Facultad de Geología.
El equipo científico ha encontrado diversos restos fósiles (mandíbulas inferiores, superiores y una colección de dientes) en los yacimientos de Burtele y Waytaleyta, en Woranso-Mille, en la región central de Afar, a unos 50 kilómetros al norte de Hadar y 520 kilómetros al noreste de la capital de Etiopía, Adís Abeba.
Estas evidencias fósiles, datadas entre hace 3.3 y 3.5 millones de años, han sido asignadas por los expertos a una nueva especie, el Australopithecus deyiremeda.
Según explicó Gibert, el fósil se descubrió durante una batida realizada en marzo de 2011 sobre terrenos que habían sido lavados por la lluvia y el viento durante el invierno que hicieron aflorar nuevos fósiles en la zona de Woranso-Mille.
Sólo recogemos los fósiles que son significativos, especialmente primates y carnívoros y todos tienen que situarse en el contexto estratigráfico para así poderles asignar una edad. En estos últimos años se ha trabajado en el estudio de los fósiles, en refinar la edad de la capa fosilífera de la que proviene y entender el ambiente sedimentario”, dijo el geólogo.
Quizás lo más relevante de este hallazgo es constatar por primera vez que dos especies de Australopithecus convivieron en el tiempo y en el espacio en el plioceno medio, hace 3.5 millones de años”, subrayó Gibert.
Hasta ahora solo existía una especie definida en ese momento, que era el Australopithecus afarensis y por tanto “todos los homininos (subgrupo dentro de los homínidos) posteriores se suponía que evolucionaron de esa especie”.
Otras propuestas de homínidos contemporáneos a A.afarensis llegaron desde Kenia (Kenyantropus platyops) o del Chad (Australopithecus bahrelghazali) pero, según Gibert, “fueron recibidas con cierto escepticismo por parte de la comunidad de paleoantropólogos, quizás porque no existía una evidencia sobre el terreno de la coexistencia de esas especies con A.afarensis”.
Pero en Etiopía sí que hay evidencias de esa convivencia, por tanto ahora es importante revisar con una mente abierta el número de especies de hominino en África durante el Plioceno medio, un número que creo podría oscilar entre dos y cuatro”, señaló el experto.
A partir de este hallazgo y “ahora que tenemos un escenario distinto en Plioceno medio africano con más de una especie de hominino, es importante saber cuál de ellas evolucionó para dar lugar al género Homo”, dijo Gibert, por lo que “es necesario recuperar más fósiles y más completos en el Plioceno medio de África”.
La pregunta es si la presencia de varias especies de homininos en el Plioceno medio obedece también a un cambio en el clima durante esa época que favoreció cambios en el entorno y formación de nuevas especies adaptadas a las nuevas condiciones ambientales. El registro sedimentario nos puede ayudar a responder esa pregunta y en ello estamos trabajando”, concluyó el geólogo.
Según los expertos, la especie A. deyiremeda es claramente distinta de la A. afarensis en características de morfología facial, dental y mandibular.
El grueso del esmalte dental, además, apuntaría a un patrón de dieta más rico y variado que en el caso de A. afarensis, y probablemente más similar al del género Homo.
EFE-.