PROGRESO.- La fiesta de San Telmo concluyó ayer lunes con una histórica misa concelebrada por 10 sacerdotes y que fue presidida por el arzobispo Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, quien exhortó a los numerosos fieles que llenaron el templo parroquial a vivir como buenos cristianos.
Concelebraron con el arzobispo varios sacerdotes de América Latina y párrocos de esta ciudad, de Chelem y de Chicxulub; luego de la misa, el patrono de los pescadores fue trasladado a la comisaría de Chuburná donde continuará con su recorrido por la costa poniente del municipio.
La misa oficiada a las 12 del día en el templo de la Purísima Concepción y de San José es considerada un suceso inédito e histórico, pues por vez primera la concelebraron monseñor Berlie Belauzarán, los presbíteros Lorenzo Mex Jiménez, Gabriel Us Calvillo y Francisco Mukul Domínguez, párrocos de Chicxulub, Chelem y este puerto.
También concelebraron los padres Giovanni Carso y Rafael Pinto, de Río Grande Brasil; Samuel Fonseca Torre, de Dos Santos Brasil, el veracruzano Juventino Hermilo Cortés Solís, quien es capellán del Stella Maris de Montevideo, Uruguay, Alfonso Espinosa Manjarrez, de Barranquilla Colombia, así como los diáconos Ricardo Rodríguez y Álvaro Ardao, de España y Enrique Pérez de Campeche.
El templo parroquial estuvo lleno de pescadores, armadores y familias de los hombres de mar, que se reunieron para participar en la última actividad de la fiesta anual del patrono de los pescadores, que al término de la ceremonia eucarística salió de la iglesia a donde llegó el sábado 25 de abril.
Los integrantes del gremio de pescadores, encabezados por su presidente Alejandro Lavalle Tec, realizaron la procesión de San Telmo alrededor del parque y después se lo entregaron a un grupo de ribereños de Chuburná, que lo llevó a ese puerto donde estará varios días y después lo llevarán a Chelem.
En la misa, el arzobispo exhortó a los pescadores a vivir como buenos cristianos, a que mantengan su fe en Cristo y que se alimenten del pan de la palabra y la sagrada eucaristía. Al término de la misa el arzobispo dio la bendición solemne a todos los asistentes la misa.