LA JORNADA / CIUDAD DE MÉXICO.- Poco después de que Carmen Aristegui fue despedida de MVS Noticias, un alto funcionario del gobierno peñista, muy cercano al presidente de la República, contactó a un abogado para que se hiciera cargo de la defensa de la valiente periodista.
Pero no se crea, lector de esta columna, que el propósito era ayudar a Aristegui en el conflicto legal que, vía tribunales, enfrenta contra MVS. No. Nada de eso.
Al abogado en turno le propuso el poder priista que defendiera a Carmen Aristegui, pero que a cambio de 5 millones de pesos, perdiera el caso y la periodista no regresara a esa estación radiofónica.
El abogado no aceptó lo que le ofrecía el funcionario. Rechazó la propuesta.
De ese tamaño es el encono y el rencor que en el gobierno le tienen a Carmen Aristegui.
El caso Aristegui trae vuelto loco al gobierno de Peña Nieto. Igual que los casos Casa Blanca, Ayotzinapa y Malinalco, el conflicto Aristegui-MVS Noticias no es expediente cerrado, ni mucho menos archivado. Está lejos de serlo.
Aunque en tribunales se dirima el caso Aristegui, ante la mayor parte de la opinión pública nacional e internacional, Peña Nieto y su gobierno también van perdiendo este pleito.
El gobierno peñista perdió, ante los ciudadanos, el affaire Casa Blanca.
El gobierno peñista perdió, ante los ciudadanos, la masacre de Ayotzinapa, que ya cumplió siete meses.
El gobierno peñista perdió, ante los ciudadanos, el balconeo de The Wall Street Journala Luis Videgaray y su Casa-Higa en Malinalco.
El gobierno peñista está perdiendo, dentro y fuera del país, el caso Aristegui…a pesar de las plumas al servicio de Los Pinos que se erigen en defensores de oficio de Peña y en tira-piedras contra Aristegui. Todos sabemos quiénes son. (Me gustaría, algún día, leerles un reportaje del calibre de “Casa Blanca”, en lugar de postrarse al servicio del poder presidencial).
Desde Estados Unidos, el periodista mexicano Jorge Ramos – nombrado entre los 100 personajes más influyentes del mundo por la revista Time-, soltó una frase que en minutos le dio la vuelta al globo:
“Si el presidente Peña Nieto es culpable de corrupción, tiene que dejar el puesto”.
Y lo dijo, nada menos, en su discurso durante la cena de gala de la revista Time, una de las más leídas e influyentes a nivel mundial. No es poca cosa.
A Ramos lo escucha Barack Obama. Demócratas. Republicanos. Millones de estadounidenses. Millones de hispanos que a diario lo ven en Univisión. Saben de su credibilidad y prestigio. Jorge Ramos no compró la distinción que le dio la revista Time, cómo sí lo hizo el gobierno mexicano con la portada dedicada a Peña Nieto (El timo deTime/SinEmbargoMX/ Martín Moreno/19-II-2014).
Ramos se ha convertido en el periodista, desde el extranjero, más crítico de Enrique Peña Nieto. Y no es de ahora. Cuando era gobernador del Edomex lo entrevistó y en varios momentos lo ha metido en problemas por las respuestas evasivas y ambiguas del mexiquense. Sí: al estilo priista.
Razón no le falta a Jorge Ramos y a quienes, desde México, hemos cuestionado, por ejemplo, desde SinEmbargoMX, los abusos del poder del gobierno peñista. Allí están los textos.
Y allí está también la respuesta que Jorge Ramos le dio a Alejandro Páez Varela y queestá asentada en este diario digital:
“Si el Congreso en México y a veces los partidos de oposición (no denuncian), entonces nos toca a nosotros los periodistas decir las cosas y decir que si hay actos de corrupción, el Presidente no puede quedarse….”.
Y quedará, marcada bajo fuego, esa frase de Jorge Ramos que fue escuchada en la cena de Time por los poderosos del EU, y del mundo:
“Señor Peña Nieto, comprar casas de contratistas y luego darles millones de dólares en contratos, eso es corrupción. Por eso tanta gente quiere su renuncia y no nos vamos a callar…”.
No, estimado Jorge. No nos vamos a callar.
Aunque desde México te escupan plumas que se alimentan con la tinta del oficialismo.
Allí está el chileno-salinista, que te acusa de ser vocero de AMLO (¿?).
Y también está el argentino oportunista, siempre dócil al Presidente en turno, jamás crítico al poder ni mucho menos investigador periodístico, amigo de políticos, comparsa, al guardar silencio, de los abusos del poder, diciendo que tus cuestionamientos a Peña sólo se dan con proclamas desde Nueva York.
Ni el chileno ni el argentino quieren realmente a México. Lo que adoran, lo que siempre han adorado, es el periodismo servil como vía para saborear las mieles del poder presidencial. No pudieron triunfar en sus países de nacimiento, y por eso vinieron aquí a reptar. Vaya parejita.
Tú sigue con tu periodismo de denuncia, Jorge Ramos. Como Aristegui. Y como tantos más que decidimos, con lo que ello nos cueste, seguir esa línea.
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El gobierno peñista quiere aniquilar, profesionalmente, a Carmen Aristegui, cómo lo ha hecho con otros más. ¿Su pecado? Denunciar los abusos de Peña Nieto y de sus amigos.
Ya intentaron “ponerle” a un abogado que la llevara a la derrota aunque, afortunadamente, se toparon con un hombre con ética.
¿Qué sigue contra Aristegui y contra quienes cuestionamos al gobierno de Peña Nieto por sus abusos, por sus fracasos, por sus limitaciones?
Sólo un pequeño detalle:
Los gobiernos duran seis años.
Los periodistas nos quedamos.
(CON INFORMACIÓN DE SINEMBARGO)