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ITALIA.- El papa Francisco encabezó ayer ante decenas de miles de peregrinos el Vía Crucis de Viernes Santo frente al
Coliseo Romano y llamó a rezar por la abolición de la profanación de niños, víctimas de la pederastia.
Durante el Vía Crucis, los católicos fueron llamados a rezar por la abolición total de la pena de muerte, contra la “profanación bárbara” de los niños y las persecuciones religiosas.
Las 14 estaciones que recorrió Jesucristo desde Jerusalén hasta su crucifixión, según la tradición católica, fueron recordadas con meditaciones y oraciones. Durante la ceremonia también se recordaron la falta de libertad de religión, el tráfico de personas y los niños soldados.
Los textos fueron escritos este año por el obispo emérito italiano Renato Corti. La cruz pasa por las 14 estaciones que recuerdan la Pasión y Muerte de Jesús.
“Tú (Jesús) nos empujas a pedir perdón con humildad a quienes sufren estos ultrajes y a rezar para que finalmente se despierte la conciencia de quien ha oscurecido el cielo en la vida de las personas”, dijo.
El papa Francisco ha lamentado reiteradamente la persecución de cristianos en Oriente Medio, África y otras partes del mundo.
Este año cargaron la cruz, entre otros, familias, personas enfermas y gente de Siria, Nigeria, Egipto y China.
En su tercera Pascua como papa, Francisco siguió el Vía Crucis con expresión meditativa y rezando en silencio.
Todos los años, miles de creyentes, peregrinos y turistas participan del Vía Crucis nocturno a la luz de las velas frente al Coliseo Romano.
El Vía Crucis es uno de los momentos más importantes de la liturgia de la Semana Santa.
Previamente, el papa Francisco encabezó la tradicional liturgia de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Al comienzo de la misa los sacerdotes se arrodillaron frente al altar y el Pontífice de 78 años rezó tendido en el suelo.
Después se leyó la historia de la Pasión de Jesucristo y se procedió a la adoración de la cruz.
“La Crucifixión de Cristo no es una derrota: la cruz es amor y gracia”, escribió ayer el Papa en su cuenta de Twitter.
El Pontífice es la máxima autoridad de más de mil millones de católicos en todo el mundo.
“La preocupante indiferencia” de los responsables occidentales ante la persecución de los cristianos en el mundo fue denunciada con vigor durante la Misa de la Pasión en la Basílica de San Pedro.
Corti reseñó “los dramas familiares presentes en el mundo” que, a su juicio, “son fáciles de juzgar pero es más importante ponerse en el lugar de los otros y ayudarles en la medida de los posible”.
La misa solemne de Viernes Santo conmemora el juicio, la subida al Calvario y la Crucifixión de Jesús en Jerusalén.
El predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, condenó la “furia yihadista de los extremistas somalíes” que el jueves masacraron a 148 personas en un asalto a una universidad keniana.
“Todos corremos el riesgo de ser el Poncio Pilato que se lava las manos”, añadió.
“Los cristianos”, destacó el predicador, “no son las únicas víctimas de la violencia homicida en el mundo, pero no se puede ignorar que son las víctimas designadas y las más frecuentes en numerosos países”.
Al principio de la celebración el papa Francisco, vestido con casulla roja, rezó en el suelo de la Basílica, ante el altar mayor, mientras la asamblea rezaba en silencio.
Francisco condenó la “insensata brutalidad” del ataque en Kenia, en un telegrama
enviado al presidente de la conferencia episcopal, el cardenal John Njue.
El Papa realizó el gesto de la postración frente al Altar de la Confesión de la basílica y oró durante varios minutos.
Excelsior.-