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MÉRIDA.- Luego de 21 años, muchos priistas siguen ensalzando, sin razón ni argumentos, el nombre de Luis Donaldo Colosio Murrieta, como si hubiera hecho algo extraordinario, semejante a los héroes de la independencia, cuando no es así, ya que sólo fue un malogrado candidato presidencial del PRI.
No criticamos que lo deifiquen, están en toda su libertad de hacerlo, sólo tramos de informar sobre quién fue Luis Donaldo y qué hizo a favor de la patria, del más pobre o si hizo algo extraordinario; nos encontramos con puros discursos y con un político priista encumbrado, que vivió muy bien a costa del partido –y del pueblo-, pero fuera de ahí no hizo nada extraordinario.
Lo de Colosio Murrieta sólo fue discurso y no llegamos a comprobar si iba a ser demagogia porque no llegó al poder; antes de ser candidato presidencial y de dar innumerables discursos fantasiosos era un político priista más, ex secretario de desarrollo social, que vivía muy bien y era cobijado por el poder.
Los defensores dicen que Colosio quería un PRI renovado socialdemócrata, pero luego de 21 años vemos que el tricolor sigue siendo el mismo de siempre y muchos de los que alaban a Luis Dolado ahora deberían de luchar por hacer realidad lo que quería el ex candidato presidencial, pero vemos que esos aún viven muy bien al amparo del poder del PRI y no pugnan por los ideales del sonorense.
Luis Donaldo no hizo nada concreto más que hablar y en la historia de las naciones nadie ha ganado una batalla sin pelear ni nadie ha sido condecorado por sus discursos. Las mejores pruebas son Mahatma Gandhi y Martin Luther King. Sería herético intentar siquiera comparar la vida y obras de Gandhi y Luther King con Colosio, porque simplemente no hay comparación.
Cuando Dolando Colosio era candidato, el país vivía una tremenda transformación y un cambio, que hoy miles de personas no notan porque no vivieron las épocas de “la dictadura perfecta”, como llamó el escritor Mario Vargas Llosa al PRI-Gobierno y todo parece indicar que los discursos y la intención del malogrado ex candidato indicaban que no estaba de acuerdo con esos cambios que se realizaban y que hoy han transformado a nuestro país.
Carlos Salinas de Gortari, el gran villano de todos, era el presidente y quien promovió una serie de cambios futuristas, que intentaban poner a México en el camino de la modernidad y dejar atrás un pasado de tercermundista.
Muchos no saben y otros ni recuerdan que Salinas de Gortari promovió y creó el tratado de libre comercio, el reconocimiento de las iglesias, el cambio en la propiedad de la tierra, la creación, aún con limitantes, de un instituto electoral autónomo, entre otras cosas. Claro las hizo presionado por el PAN, a través de Carlos Castillo Peraza, quien al final de los cambios dijo: la victoria cultural ha sido muestra.
Antes del TLC, en el país había unas cuantas marcas de autos, las más grandes –Ford, Dodge, Chevrolet-, pero ahora tan sólo en Yucatán hay unas 26; sin embargo eso a la gente de ahora le parece normal, cuando antes del TLC era imposible pensar en eso.
Antes de las reformas de CSG, los ministros de culto de las iglesias no existían legalmente, y todos los templos que se erigían pasaban a formar propiedad de manera automática del estado, además de que los estudios en los centros de formación de sacerdotes carecían de validez.
El país tomaba un rumbo modernista, de mayor legalidad, rumbo en el que estado debía de sacar las manos en muchos asuntos, sobre todo que dejara ser el árbitro de las elecciones.
El país se encaminaba a un rumbo nuevo y diferente y parece que los discursos de Colosio indicaban que quería volver al sendero anterior. Sus demás frases se entienden como parte de toda la retórica demagógica de los priistas de antes, desde Luis Echeverría Álvarez, hasta el mismo Colosio.