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PROGRESO.- Luego de poco más de un mes de ausencia, el crucero turístico Carnival Triumph tuvo un triunfal retorno, el cual se vio empañado con la muerte de uno de sus pasajeros, de lo que informamos en nota aparte.
El barco, procedente de Cozumel, trajo ayer miércoles a 3,459 pasajeros entre los cuales llegaron unos mil sprimbreakers quienes se apoderaron de las playas del malecón para bailar, pasear en bananas, jugar volibol y consumir cervezas y tequila.
La última vez que llegó el Carnival Triumph fue el 3 de febrero, tiempo en el que lo sustituyó el Carnival Magic, crucero que hizo su último viaje el viernes pasado con 4,600 pasajeros; esa nave zarpó a las 11 de la noche.
El Carnival Triumph atracó a las 8 de la mañana y su salida con destino a Galveston se programó para las cinco de la tarde; retornará el próximo martes y también traerá a más springbreakers, que ayer disfrutaron a sus anchas del buen tiempo, un mar tranquilo, playas limpias que prevaleció en el puerto.
En el crucero Carnival Triumph también arribaron pasajeros adultos, que se separaron de los jóvenes y ocuparon palapas, camastros de playa; como de costumbre consumieron cebiches, pescado frito, cervezas en envases, cocteles con bebidas alcohólicas.
Otros pasajeros adultos compraron hamacas, bolsos, dulces y artesanías, recorrieron el tianguis artesanal instalado en el local del sindicato de taxistas. También usaron los servicios de las masajistas; los springbreakers se divirtieron en grande durante las cinco horas que estuvieron en la playa.
A diferencia de los pasajeros adultos, que pasaron la mayor parte del tiempo sentados o recostados, los springbreakers no permanecieron quietos, sino que en cuanto llegaron a las playas a partir de las nueve de la mañana, comenzaron con sus actividades playeras.
Un grupo se dedicó a jugar vólibol y béisbol en la playa, para ejercitarse durante un rato; la mayoría se concentró en el costado oriente de la glorieta del inicio del malecón y se dedicó al consumo de bebidas alcohólicas, cerveza y tequila, que les sirvieron en un restaurante que atendió a poco más de 600 jóvenes en dos turnos.
Otros springbreakers que no contrataron paquetes recorrieron la playa en grupos también consumiendo cervezas; unos rentaron motos acuáticas y terrestres, otros pasearon en bananas por las que pagaron a siete dólares por persona.
Los jóvenes pasajeros no fueron clientes de los módulos de masajes y las masajistas indicaron que no les extraña el comportamiento de los springbreakers, pues cada año es lo mismo, siempre prefieren ocupar su tiempo para el destrampe, como lo hicieron ayer.
El mesero Josef Mancilla indicó que ayer fue un buen día de crucero, igual que el viernes pasado en que el Carnival Magic se quedó hasta las 11 de la noche.