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MÉRIDA.- El director del filme, Sergio Tovar Velarde, explicó a este medio de comunicación que la cinta es un drama bastante llevadero con tintes de comedia, que relata cuatro historias de personajes en diferentes momentos de la vida, es decir, hay un niño, unos adolescentes, una pareja madura y un anciano, cuatro historias no tienen una conexión directa, nunca se entrecruzan, pues se muestran intercaladas.
“Es un gran relato de amor, no solo amor de parejas, sino de padres a hijos. Es una película que se pasa bien, hay gente que llora, otra que ríe, y es tan franca que puede llegar a ser incómoda para muchas personas”, dijo.
Tovar Velarde manifestó que fue difícil conseguir el apoyo para la realización de esta producción “mucha gente decía que al tratarse de un filme con temática gay sería para un público muy reducido, sin embargo, me he llevado la sorpresa de que en cada festival en donde se presenta es una de las películas más vistas”.
El cineasta detalló que la industria mexicana necesita profundizar en lo que somos, dejar de buscar las respuestas en los clichés, “muchos tratan de hacer películas que se parecen a lo que se hace en Hollywood”.
Cuánto más honestos seamos y menos pretenciosos más fácil es que la gente se conecte, declaró.
El cine mexicano ha tenido pretensiones de arte, de procurar ganar premios en festivales, lo cual ha sido un cáncer muy nocivo porque ha alejado al público de las salas, afirmó.
Cuando vemos filmes que se han ganado premios en festivales se supone que le debe gustar al público, sin embargo, la gente cuando ve estas laureadas producciones se cansa, se aburre, exclamó.
“Muchas veces ese filme pretencioso ni siquiera es bueno, y si no lo entendemos es porque somos ignorantes, no es que los directores hagan películas malas.”
“Por eso yo decidí hacer cintas entretenidas, de calidad, bien pensadas, lo que yo procuro ver”, finalizó
La película se proyecta únicamente en una sala de cine de la ciudad, en un complejo ubicado en Plaza Sendero.