MÉXICO.- El presidente de la Junta de Coordinación Política y líder parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, advirtió que el Sistema Nacional Anticorrupción no es un tema efímero, ni de temporada electoral, sino un esfuerzo integral y consistente para alcanzar mejores estándares en todos los órdenes de gobierno e instituciones del Estado.
Afirmó que la aprobación de esa reforma constitucional pone a México en la ruta de sanear la vida pública y responde a la exigencia ciudadana de frenar el desvío de recursos públicos a los bolsillos de particulares.
“Se trata de castigar sin excepción los actos de corrupción y prevenirlos con la promoción de un sistema de integridad pública basado en las mejores prácticas internacionales”, dijo.
Beltrones sostuvo, además, que la reforma anticorrupción “es el punto de arranque de una transformación cultural que debe llevarnos a un servicio público con un riguroso sentido ético, pulcritud en el manejo de los recursos públicos y a la participación ciudadana en la rendición de cuentas”.
En un comunicado, el legislador sonorense señaló que la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción establece las bases constitucionales de un sólido sistema nacional de fiscalización, como un hito en el desarrollo político del país.
Indicó, en ese sentido, que los diputados federales del PRI actuaron con profesionalismo y prudencia para alcanzar el acuerdo plural que hizo posible la reforma.
“Nuestro grupo parlamentario actuó con la responsabilidad que le corresponde como partido en el gobierno: ofrecer respuestas claras a los ciudadanos que exigen frenar el desvío de recursos públicos a los bolsillos de particulares y erradicar la impunidad”, remarcó.
Beltrones detalló que la reforma constitucional impulsada por su fracción legislativa fortalece las instituciones y cuida los equilibrios del régimen presidencial, así como la vigencia plena del pacto federal.
Incluye asimismo nuevas capacidades técnicas para evaluar el desempeño del servidor público conforme a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia en el ejercicio de sus funciones.
“Es un auténtico cambio de paradigma en el servicio público basado en la colaboración institucional entre el Estado y la sociedad civil, como es propio de un gobierno abierto”, precisó.
El coordinador priista recordó que el Sistema Nacional Anticorrupción está construido sobre cuatro firmes pilares: una Auditoría Superior de la Federación con facultades más amplias para actuar con oportunidad; un Tribunal de Justicia Administrativa autónomo y con fuerza suficiente para sancionar las faltas y obligar a la rendición de cuentas.
Adicionalmente, una Fiscalía Anticorrupción que investigará y castigará penalmente los casos de deshonestidad, así como una Secretaría de la Función Pública a cargo de acciones preventivas y de la mejoría del servicio público, cuyo titular podrá ser ratificado por el Senado de la República.
Milenio.-