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PROGRESO.- Luego de una protesta de vecinos y de que los dueños cometieran una serie de irregularidades, la Comuna clausuró de manera definitiva la ampliación de un centro de almacenamiento y distribución de combustibles, ubicado en la colonia Vicente Guerrero.
En ese lugar los dueños, Manuel Vargas Cuevas y José Luis Llamosas Portilla, pidieron permiso para obras de ornato, pero lo que hicieron fue ampliar el terreno, ponerle piso y hacer más grandes las instalaciones, a fin de manejar más combustible, de modo que violaron el permiso que les dio la Comuna y la obra fue cancelada definitivamente.
Poco más de 50 amas de casa del rumbo realizaron un plantón el lunes pasado, para protestar en contra en contra de la construcción de ese centro de almacenamiento y distribución de combustible y su protesta rindió frutos, luego de seis horas, tiempo en el que cerraron varias calles, lo que trastornó la vialidad.
De poco sirvieron los argumentos que sostuvo Carlos Castellanos, representante de la empresa propietaria al explicar a las vecinas que en ese lugar desde hace muchos años funcionó un centro de almacenamiento y distribución de combustible, que había un tanque y que lo único que hicieron fue renovar los permisos y que no habrá venta sino se almacenará combustible.
Clara Camargo le arrebató la palabra a Carlos Castellanos y le dijo que en ese lugar, que fue propiedad de Julio Escalante Tur, se almacenó diésel y gas morado, pero cuando la zona comenzó a poblarse, el propietario decidió cerrarlo y venderlo, para no poner en riesgo a las familias que habitan en la Vicente Guerrero.
El centro de almacenamiento de combustible se ubica en la esquina de la calle 33 con 108, pero la empresa propietaria Discomsur (Distribuidora de Combustibles del Sureste) amplió sus instalaciones hasta llegar a la calle 35 con 108, en donde colocaron un enorme portón para la salida de las pipas cargadas de diesel y gasolina.
Los propietarios de ese establecimiento que fue clausurado por la Comuna, son Manuel Vargas Cuevas y José Luis Llamosas Portilla, quienes compraron la propiedad a los herederos de Julio Escalante. Una barda alta rodea el edificio.
Las vecinas se reunieron a las 8:30 de la mañana en la esquina de la calle 35 con 108, en donde se encuentra la zona habitacional, pues en la 33 con 108, que es la entrada al edificio, enfrente hay congeladoras. Las amas de casa colocaron pancartas en el portón y luego a las 10 horas cerraron el tránsito en el tramo de la calle 35 de la 106 a la 108 lo que ocasionó caos vial.
Dos horas después cerraron la 33 de la 106 a la 108 lo que complicó el tránsito vehicular, autobuses urbanos, colectivos y camiones de las congeladoras tuvieron que dar amplio rodeo. Agentes de la policía municipal llegaron en patrullas para dirigir el tránsito. El comandante Luis Sánchez Chan, subdirector de la policía municipal, trató de convencer a las amas de casa, pero éstas se mantuvieron firmes en su decisión.
-Queremos que venga el alcalde Daniel Zacarías y que nos explique qué están haciendo en ese edificio y que los dueños den la cara y abran el portón para que veamos que hay adentro; de acá no nos movemos, pues no queremos que almacenen combustible y todos volemos –dijo una vecina.
Las amas de casa permanecieron en las calles bloqueadas, hasta que a las 13:30 horas se presentó el síndico municipal Raúl Lara Caro y les dijo que la obra sería clausurada y que dejarían de trabajar; al principio las vecinas no lo creían, pero el funcionario se lo informó a Carlos Castellanos representante de la empresa, los policías le indicaron al encargado de la obra que tenían que salir todos o de lo contrario usarían la fuerza pública.
A las 2:30 de la tarde, inspectores de Desarrollo Urbano colocaron los sellos de clausura; diez minutos antes, Carlos Castellanos invitó a dos amas de casa para que recorrieran el lugar, les mostró fotos del antiguo centro de almacenamiento de combustible en un intento de convencerlas, pero las amas de casa, dijeron que no quieren una bomba de tiempo en la colonia.