MÉXICO.- El diestro mexicano Sergio Flores triunfó esta tarde en la decimoséptima corrida de la Temporada Grande en La Monumental Plaza de Toros México, al cortar una oreja e indultar al último de su lote.
Con toros, uno para rejoneo de Vistahermosa, tres de Xajay y tres Jaral de Peñas, “Gibraltar” fue el de mejor juego con buenas hechuras que se ganó al público con sus características de bravura y buen semblante para regresar con vida a los corrales.
Desde el comienzo el astado de Xajay mostró mucho carácter con el que Flores se lució a placer, con mucha firmeza en su ejecución le dejó su espacio al animal de buen recorrido y tuvo continuidad para la faena pues el animal nunca dejó ir a la cita con la tela.
El juez atendió el clamor popular para perdonarle la vida a “Gibraltar” y así el matador se llevó dos orejas simbólicas con el que cerró plaza, antes atendió al cuarto de la tarde, uno de Jaral de Peñas complicado y de muchos riñones, ahí Sergio mostró ya que no se echaba para atrás y pudo ingeniárselas para manejarlo y con firme estocada consiguió una oreja.
En cambio, el español Alejandro Talavante no tuvo su mejor tarde en el coso de Insurgentes, al abrir su lote con un toro que tuvo buen juego, pero el ibérico estuvo incómodo mucho tiempo y apenas pudo lucirse por lo que fue silenciado. En su segundo le faltó continuidad a sus movimientos y trató de abreviar, sin embargo, el aceró le jugó una mala pasada por lo que se fue en silencio nuevamente tras dos avisos.
Fermín Rivera consiguió una oreja del segundo toro al que capoteó bien en las verónicas, además de mostrar un quite por “chicuelinas” de mucho temple y remató con certera estocada para llevarse el apéndice. No obstante, en el segundo dudó a la hora de ejecutar la suerte suprema después de manejarlo bien a muletazos por lo que dejó escapar el premio.
El rejoneador Rodrigo Santos abrió la corrida con un ejemplar de Vistahermosa que pasó desapercibido por el ruedo. Con poca clase el jinete tuvo una corrida de altibajos, que fue a menos y despachó para irse con palmas del respetable.
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