Los polleros fueron trasladados cerca del mercado "La pepita". (Grillo porteño)
Los polleros fueron trasladados cerca del mercado “La pepita”. (Grillo porteño)

MÉRIDA.- Como parte de las obras de remozamiento del mercado Lucas de Gálvez, los polleros fueron colocados en la banqueta del fallido mercado “La Pepita”, de modo que venden su producto a un par de metros de la calle.
Poco a poco los locatarios de la esa central de abastos son trasladados a sus nuevas áreas temporales; un par de polleros está en la “escarpa” del mercado que “reconstruyó” la ex alcaldesa Angélica Araujo y que nunca fue inaugurado por tener serias fallas.
Y como estos locatarios, otros más son acomodados en diferentes espacios, en los cuales permanecerán mientras se realizan las obras de remozamiento del mercado Lucas de Gálvez, que, como informamos oportunamente, recibirá una inversión de $55 millones de pesos, mientras que en el San Benito se invertirán $7 millones, recursos enviados por la Federación etiquetados para ese fin.
De hecho, las acciones en estas centrales de abastos son palpables porque en ambas se observa a obreros que trabajan y realizan reparaciones y mejoras, las cuales provocarán molestias temporales, pero traerán beneficios duraderos.
Los vendedores se muestran contentos con estas mejoras, que desde hace años demandan, de modo que aceptan las reubicaciones temporales, porque saben que luego regresarán a su área en los mercados que serán más dignos, cómodos y seguros tanto para ellos como para compradores.